Una educación de calidad, unida a la posibilidad de crear vínculos de amistad y sentido de pertenencia son esenciales para una buena salud mental y el bienestar psicosocial en la infancia. Si hablamos de niñas y niños refugiados y solicitantes de asilo, todo ello cobra especial relevancia para la integración exitosa en sus nuevos países y comunidades.
UNICEF y la Unión Europea han declarado que atravesamos la mayor crisis de niñas y niños refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Miles de niñas y niños migrantes, solicitantes de asilo y refugiados han experimentado grandes adversidades antes, durante y después de su viaje a Europa. La exposición a la violencia y el desplazamiento son los factores de riesgo más importantes para las condiciones de salud mental entre la infancia y la adolescencia refugiada. En muchos casos no están inscritos en la educación formal porque están en transición o en un limbo legal, otros no reciben una educación adecuada a sus necesidades. Esto puede tener consecuencias devastadoras para el desarrollo psicosocial, la inclusión social y las oportunidades educativas de éxito académico.
REFUGE-ED es un proyecto de investigación colaborativa internacional financiado por el programa marco Horizonte 2020 de la Comisión Europea que promueve soluciones con impacto social comprobado, convirtiendo estos refugios en oportunidades reales. Reúne dos campos de especialización –el de la educación y el de la salud mental y apoyo psicosocial (MHPSS por sus siglas en inglés)- en entornos humanitarios y tiene como objetivo identificar y aplicar las prácticas basadas en la evidencia.
Para lograrlo, el proyecto involucra a todos los actores en un proceso de co-creación y consulta dialógica incluyendo a niñas, niños y familias, comunidades, organizaciones de la sociedad civil y proveedores de servicios locales, responsables políticos, escuelas y personal docente, personal de orientación educativa u otros puntos focales que se centran en las necesidades de MHPSS en el ámbito educativo.
Entre los resultados que se espera conseguir, se ha previsto un catálogo de prácticas efectivas con impacto social comprobado; la selección de las mejores acciones y metodología en cada escenario piloto; implementación, seguimiento y monitoreo de las acciones piloto seleccionadas; un conjunto de herramientas para la evaluación de resultados y procesos; una plataforma de intercambio de conocimiento que permita el aprovechamiento de las prácticas efectivas creadas conjuntamente en nuevos entornos a través de la educación formal, informal y no formal. Con este procedimiento se puede asegurar que el proyecto sea transferible y sostenible.
Coordinado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), el proyecto reúne a nueve socios ubicados en siete países europeos, incluidas instituciones académicas, centros de investigación y organizaciones no gubernamentales. Aportan una sólida y dilatada experiencia tanto en el campo de la educación como en MHPSS, desde teorías e investigaciones hasta la intervención en contextos extremos humanitarios y de emergencia. Llevará a cabo 46 pruebas piloto en seis países y llegará a más de 10.000 personas. Los entornos seleccionados para los estudios piloto incluyen centros de recepción e identificación, campos de refugiados, entornos escolares inclusivos y entornos sociales y de aprendizaje, así como residencias para la tutela de menores no acompañados y separados.
Entre los socios, se encuentra el colaborativo MHPSS-Save the Children Dinamarca, que nació como respuesta a un creciente cuerpo de investigación sobre los impactos de la exposición de los niños a nivel mundial a tasas sin precedentes de violencia, abuso, explotación y negligencia, particularmente aquellos en situaciones de crisis, migración y desplazamiento, o Cooperación Internacional Sur, en Palermo, que coordina un albergue de acogida a mujeres víctimas de trata y trabaja en sociedad con una cooperativa que gestiona tres albergues para menores no acompañados.
Muchos niños y niñas afectadas por conflictos no tienen acceso al entorno protector de los espacios de aprendizaje que pueden restaurar un sentido de normalidad. REFUGE-ED pretende crear espacios comunitarios protectores de prevención de violencia para transformar vidas en situación de infancia vulnerable en vidas plenas de derechos y oportunidades. A menos que se proporcionen intervenciones educativas, de salud mental y de apoyo psicosocial para los niños con antecedentes migratorios y especialmente para los solicitantes de asilo y los menores no acompañados, será poco probable que el futuro de Europa avance hacia una sociedad plenamente inclusiva, democrática y sostenible, un pilar constitutivo del proyecto político europeo.
En la reunión inicial del proyecto REFUGE-ED, la Dra. Teresa Sordé Martí de la UAB, como investigadora principal recordó al consorcio “por qué nos estamos embarcando en tres años de arduo trabajo. La ciencia es una de las soluciones para promover prácticas educativas y de salud mental y apoyo psicosocial que hacen de estos refugios puertas a oportunidades reales… Podemos ser expertos en educación y MHPSS, pero ellos son los expertos en sus propias vidas. Tengo mucha confianza en que en los tres años de trabajo compartido que tenemos por delante, cumpliremos con éxito estos impactos esperados no solo contribuyendo a mejorar la vida de muchos niños y sus familias, sino que también seguiremos siendo un excelente equipo que estamos disfrutando trabajar juntos”… “Dondequiera que se encuentren…, la educación puede representar para todos ellos un refugio. UN REFUGIO para crear sueños, mantener la esperanza y construir un futuro mejor.”
