El engaño más antifeminista durante décadas ha sido presentar como un referente clave para el feminismo a un Foucault que defendió la violación y la pederastia. Se ha formado a millones de profesionales de género, educación y otros ámbitos ocultando que había tenido esos comportamientos antifeministas y que toda su concepción de la sexualidad y del poder apoya esas posturas horribles.
Ahora que ya no se pueden ocultar las agresiones sexuales que Foucault defendía, surgen otros engaños fomentados por quienes había hecho los anteriores y, en lugar de rectificar reconociendo los errores (por decirlo suavemente) que tuvieron, quieren ahora hacer ver que son quienes sacan a la luz esos comportamientos de Foucault. Hay varios engaños, pero hablaré en este artículo solo de dos.
Ahora se dice cada vez más que no se sabían esas cosas de ese autor, que no eran públicas. Falso, la carta que él y otros autores y autoras hicieron a favor de la pederastia en 1977 salió en los periódicos, también se publicó su defensa de la despenalización de la violación y los autores y autoras realmente intelectuales y feministas siempre lo dijeron y escribieron. Yo misma siempre se lo he oído a Lídia Puigvert y Ramón Flecha, quien no solo lo explicaba en sus clases y conferencias desde principios de los años ochenta, sino que también lo publicó.
También se intenta defender como referente a Foucault por la supuesta calidad extraordinaria de su obra. Cualquiera que la haya leído seriamente ve que su concepción de la sexualidad y del poder no solo no es incompatible con la pederastia y la violación, sino que estas son dos de sus consecuencias prácticas. En defensa de su seudoteoría se dicen cosas como que nos enseñó que no solo habían relaciones de poder en el Estado sino también en las relaciones sexuales, ignorando e invisibilizando así a feministas que ya lo dijeron antes que Foucault naciera. Quienes sí tienen un altísimo nivel y rigurosidad teórica son quienes hacen aportaciones teóricas que apoyan valores como la libertad sexual frente a toda violación o pederastia.
En todo caso, ahora podemos y debemos ya actuar decididamente, no permitamos que se siga ensuciando el feminismo poniendo como uno de sus referentes a este autor tan horriblemente antifeminista y tan mediocre teóricamente.
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