Las evidencias científicas demuestran que la interacción y el diálogo son claves para el aprendizaje en la actual sociedad de la información. Sin embargo, también contamos con evidencias que indican que no todos los tipos de interacción conducen a un aprendizaje fructífero y productivo. Entonces, ¿qué tipos de interacciones y diálogos promueven realmente el aprendizaje? ¿Qué aspectos debemos tener en cuenta para garantizar el máximo aprendizaje a través de interacciones y diálogos y para todo el alumnado?
En el artículo How does dialogical talk promote student learning during small group work? An exploratory study, publicado en la revista científica “Learning, Culture and Social Interaction”, se analizan el diálogo y las interacciones del alumnado organizado en pequeño grupo con el fin de identificar su impacto en el aprendizaje. Se trata de un estudio de caso que consigue explorar con profundidad los tipos de interacciones y el nivel de exactitud que estas promueven en las respuestas del alumnado ante problemas matemáticos.
Los resultados sugieren que las conversaciones dialógicas, en las que el alumnado intenta resolver tareas a través del diálogo argumentativo, la indagación y la búsqueda de consenso, aumentan las oportunidades para el aprendizaje. Este tipo de interacciones se fomentan con mayor facilidad en grupos pequeños, en los que el alumnado puede participar con mayor frecuencia e involucrarse con un mayor compromiso. El proceso de verbalizar las respuestas, tener que argumentarlas y que haya una intencionalidad clara y explícita de querer llegar a un consenso para resolver la tarea de forma satisfactoria, emergen como indicadores cruciales en el proceso de aprendizaje. Por el contrario, si hay participantes que imponen su punto de vista sin ofrecer argumentos ni posibilidad de intercambio de diálogos para la verificación por parte del grupo, se reducen las posibilidades de aprendizaje. Así, el aprendizaje dialógico necesita que quienes participen en el grupo conformen una auténtica comunidad de aprendizaje en la que se coloque el foco en la resolución de la tarea académica y, para ello, se compartan argumentos potencialmente veraces y se respeten los tiempos, las ideas y los puntos de vista de los y las demás integrantes. Por esto, el tipo de fuerza ilocucionaria de la interacción, el grado de intencionalidad de llegar a un consenso, parece explicar el impacto de las interacciones en el aprendizaje del alumnado, porque la coerción o la neutralidad reducen las oportunidades para entablar un diálogo productivo a través del intercambio de argumentos para fundamentar afirmaciones que potencialmente llevarían a ampliar la comprensión sobre la tarea, mientras que el consenso fomenta el aprendizaje al aumentar las oportunidades para entrenar estas habilidades discursivas.
De entre todos los tipos de interacciones y diálogos analizados en este estudio, la conversación dialógica se asoció con un mayor impacto en la mejora del aprendizaje entendido como el consenso del grupo en torno a una respuesta correcta en función de los requisitos de la tarea, en este caso matemática. Cuando las interacciones son dialógicas, el alumnado se involucra en un proceso que aumenta el aprendizaje al resolver conflictos o contradicciones cuando intentan resolver una tarea, al verbalizar su pensamiento, explicar o justificar una posible solución, al buscar métodos alternativos para superar una dificultad o al formular una explicación para aclarar un aspecto particular de la tarea o una afirmación. La diferencia entre conversación dialógica y no dialógica reside en el hecho de que la “charla dialógica” asume que quien habla proporciona algún tipo de argumento que puede ser verificado por el resto de participantes en la discusión (en otras palabras, quien interviene justifica sus declaraciones utilizando argumentos de validez: afirmaciones de verdad, rectitud y veracidad) y la intencionalidad es llegar a un consenso con el resto de participantes, apoyándose en el acuerdo sobre los argumentos compartidos. Por el contrario, la “conversación no dialógica” ocurre cuando quien habla no explica las razones para sostener su afirmación e impone su propia voluntad o se niega a justificar sus declaraciones.
Actualmente, los Grupos Interactivos son considerados por la Comunidad Científica Internacional como la forma de agrupamiento del alumnado en el aula que ofrece mejores resultados de aprendizaje, ya que incorporar a una persona adulta voluntaria en cada pequeño grupo aumenta las posibilidades de garantizar, a través de su dinamización, interacciones dialógicas entre las niñas y niños a la hora de resolver una tarea. Este estudio puede resultar de gran utilidad para la formación del voluntariado, de modo que pueda identificar qué tipos de interacciones y diálogos debe promover y cuáles debe evitar para potenciar el máximo aprendizaje sin que ningún niño ni ninguna niña se quede atrás.
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