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La agencia SINC ha dado a conocer el nuevo Plan de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), la principal agencia del Gobierno de Estados Unidos de investigaciones médicas y de salud.

Tal como ocurrió en los años 50 y 60 cuando la violencia que sufrieron los manifestantes pacíficos derivó en la Ley de Derechos Civiles, los acontecimientos racistas de 2020 y las desigualdades en salud en la pandemia de Covid-19 son un punto de inflexión para los NIH que convocan a denunciar las injusticias raciales que se han mantenido en EEUU durante más de cuatro siglos. Estamos intensificando nuestros esfuerzos para impulsar la diversidad, equidad e inclusión, y utilizando todos los recursos a nuestro alcance para superar el problema crónico del racismo estructural. No podemos retrasar más nuestro posicionamiento frente a esta lacra. Los NIH no podemos seguir mirando hacia otro lado, han declarado las 17 personas firmantes del comentario publicado en la revista Cell para presentar un plan dirigido a superar el racismo sistémico arraigado en la investigación biomédica y en las instituciones científicas.

Esta iniciativa representa la primera vez que todos los NIH se unen para trabajar conjuntamente sobre el racismo estructural en la ciencia biomédica con la misión de mejorar la salud de todas las personas poniendo a su servicio el conocimiento biomédico. 

El Plan antirracista UNITE en el que están representados los 27 centros del NIH, está compuesto por cinco comités interactivos que se corresponden con las letras de su nombre: U para escuchar y comprender las experiencias de racismo del personal interno y externo; N para fomentar nuevas investigaciones sobre disparidades en salud, salud de las minorías e igualdad sanitaria; I para mejorar la cultura y la estructura de los NIH hacia la equidad, inclusión y la excelencia; T dedicado a la transparencia, comunicación y responsabilidad en materia de racismo para garantizar la sostenibilidad de los esfuerzos y acercar los hallazgos a las y los participantes vinculados a UNITE y al público en general; y E para cambiar el ecosistema de investigación más allá de los NIH identificando políticas y prácticas que perpetúan el racismo, y promoviendo la diversidad en otras organizaciones científicas.

Entre los retos que la agencia debe afrontar, los 5 comités han planificado e informado diferentes acciones a corto y largo plazo, entre las cuales UNITE ya tiene dos objetivos cumplidos y otros en marcha, como muestra del compromiso adquirido. El primer desafío alcanzado es la publicación de una oportunidad de financiación dedicada a investigar el impacto del racismo estructural en la salud de las minorías poblacionales y las desigualdades sanitarias. El segundo completado es la publicación de una petición de información para recabar aportaciones prácticas y efectivas que mejoren la inclusión y diversidad en los entornos laborales y de investigación de los NIH, recogiendo más de 900 respuestas que demuestran el compromiso de UNITE en escuchar a la comunidad para identificar soluciones. 

Entre las medidas que ya están en marcha, el comentario publicado en Cell cita la designación de un miembro destacado responsable de la diversidad, equidad e inclusión en cada uno de los centros e institutos de la agencia; enfatizar el valor de la diversidad en el pensamiento reduciendo la brecha de éxito en las subvenciones que obtienen las personas solicitantes dependiendo de que sean negras o blancas; actualizar la base de datos de los institutos con información demográfica sobre raza y etnia; mejorar los programas de diversidad e inclusión para investigadores contratados por los NIH; potenciar el reclutamiento de candidatos procedentes de grupos infrarrepresentados y retener el talento de diversos orígenes y experiencias vitales; asegurar la transparencia de datos demográficos del personal interno y externo de los NIH e identificar y corregir cualquier política interna que perpetúe el racismo estructural.

El artículo concluye con un llamamiento a las científicas y los científicos biomédicos a dar un paso adelante para unirse a los NIH y romper el silencio sobre el racismo estructural. Si no actúas ahora, la historia tendrá que recordar que la mayor tragedia de esta época de transición social no fue la perversidad de los malvados sino el silencio estremecedor de los buenos, añaden, citando a M. Luther King.

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