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Poco se sabe aún de las dos mujeres que murieron arrolladas por una cosechadora el pasado 2 de julio en Italia  la investigación está en marcha mientras se busca  a los dos hombres con los que estaban pasando la noche antes de su muerte y que huyeron cuando parece ser que podrían haber contribuido a salvarlas. 

Lo que sí parece estar claro (según el relato que hace la prima de una de las fallecidas) es que una de ellas conoció a estos dos chicos por  Internet y quedó con ellos; posteriormente pasaron  a buscar a su amiga a las 3 de la mañana. Esta situación ya empieza a trasladarnos  a un modelo de ligue despreciativo -cualquier persona sabe lo que significa que te elijan a las 3 de la mañana- . La continuidad de la historia nos hace pensar en noticias recientes como la ocurrida en Rusia y en casos mediáticos que han pasado a la historia como el caso Chappaquiddick  donde quién ejerce ese desprecio abandona, incluso en situación de riesgo de muerte, a la mujer con la que “ha ligado”. Ya no hablamos de tener o no algún tipo de afecto hacia la persona con la que “ligas” sino del desprecio a una vida humana, que se traduce en que  ni siquiera se realiza una llamada a un servicio de emergencias para que venga en su ayuda. Algo que quizás  ese mismo hombre haría por una persona desconocida que encontrara en la calle. Los hechos también son parte de las consecuencias de situar a estos modelos de masculinidad violenta en la fuckzone tienen consecuencias nefastas para quienes se relacionan con ellos. 

Por otro lado se repite el patrón fruto del discurso coercitivo  en el cual una de las amigas “anima” a la otra -diríamos que presiona- a salir esa madrugada. Una mujer a la que los diferentes artículos publicados sobre el caso definen como “más tranquila” y menos habituada a ese tipo de salidas. Aquí encontramos como la falsa liberación sexual de la primera presiona a la segunda a  “liberarse”  con un fatal desenlace para ambas. 

De nuevo encontramos que el problema no está en salir de madrugada, ni en ligar por Internet, ni en pasar la noche al aire libre..  sino en con quién lo haces, cómo coaccionas o no a las demás personas, cómo entiendes o quieres entender los actos comunicativos de las otras personas… en definitiva en cómo las mujeres conseguimos realmente ser realmente libres de la imposición social de lo que es divertido y excitante. Una imposición que no viene solo de la sociedad en general, sino de las personas que tenemos más cerca, aquellas con las que ligamos, aquellas a las que consideramos amigas.

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