Algunos de los mitos más extendidos sobre la trata de seres humanos se basan en creencias como que las víctimas de trata son siempre inmigrantes, extranjeras, que los proxenetas son hombres o que las víctimas son únicamente mujeres. A pesar de que la mayoría de víctimas identificadas son mujeres, en especial jóvenes y niñas, los niños y chicos adolescentes también pueden sufrir explotación sexual comercial. 

Existen aún muy pocos datos sobre chicos víctimas de explotación sexual. El artículo Challenging the Stereotypes: Unexpected Features of Sexual Exploitation among Homeless and Street-Involved Boys in Western Canada proporciona información al respecto sobre chicos en Canadá, a partir de datos extraídos de encuestas realizadas en 2006 y 2014 a jóvenes sin hogar y situación de calle en la Columbia Británica. 132 chicos, algo más de uno de cada cuatro, declararon haber sido explotados sexualmente con una edad media de 14-15 años. La mayoría sufrieron explotación sexual tras haber huido de sus casas y estando sin hogar, pero otra parte importante vivía con sus familias mientras fueron víctimas. Un gran porcentaje de los chicos que sufrieron explotación sexual se identificaron como heterosexuales, seguidos por bisexuales y homosexuales. Este dato rompe con estereotipos e información arrojada por estudios previos que habían identificado mayoritariamente a chicos adolescentes transgénero u homosexuales como víctimas de trata. 

En la encuesta de Canadá de 2014, más de la mitad de los chicos que fueron explotados sexualmente identificaron como motivo el mantener a un amigo, pareja o pariente. Estos datos ponen en relevancia la importancia del entramado de las relaciones sociales en los procesos de captación y explotación sexual. A pesar de que todos los chicos que sufrieron explotación sexual sufrieron, por tanto, abusos sexuales, menos de uno de cada tres informaron haber sufrido abusos sexuales en la encuesta. Este dato indica la falta de identificación de esta problemática entre los adolescentes víctimas. Es fundamental acabar con los estereotipos y mitos en torno a esta problemática para poder visibilizar a todas las víctimas y que quienes están en riesgo o sufren explotación puedan identificarla, prevenirla o denunciarla.  

Un último dato que rompe muchos otros estereotipos es que aproximadamente el 80% de los chicos del estudio fueron explotados sexualmente por mujeres. Este resultado, como indican las autoras, es inesperado y acaba también con los estereotipos que hay sobre los perfiles de víctimas, de proxenetas y de quienes pagan por abusar. En el futuro será esencial profundizar en estos datos y poder dar respuestas cualitativas que nos ayuden a comprender mejor el fenómeno y ofrecer estrategias de prevención basadas en evidencias científicas.

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