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«Solo hay que mirar adelante y no perder la esperanza». Así lo expresa una de las usuarias de un piso compartido en el centro de Sevilla, donde seis mujeres recién inician el camino hacia una nueva vida tras años en situación de sinhogarismo y deambulando por diferentes recursos municipales, escenario que se ha visto ensombrecido con la llegada de la pandemia, como relata ElDiario.es.

Desde las ayudas gestionadas por la consejería de Igualdad de la Junta de Andalucía, que ha destinado casi tres millones de euros a crear una red de atención a personas sintecho, y la Red Andaluza de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-A), se están aunando esfuerzos que han derivado en la creación de casi 300 plazas en toda la comunidad para atender a personas sin hogar, de las cuales 160 se consignan a centros de día y 138 a vivienda, repartidas en 23 inmuebles.

En palabras de la consejera, Rocío Ruiz, “Andalucía necesita hacer frente a una de las peores caras de la exclusión social y que representa la expresión más extrema de la vulnerabilidad social”. No es para menos, si se tiene en cuenta un estudio sobre sinhogarismo cuyos datos confirman que son más de 1700 las personas que se encuentran sin techo en las mayores ciudades de la comunidad. De esta forma, se prevé que durante el periodo del 15 de febrero de 2021 a 2022, se podrán emprender acciones para reducir y prevenir la situación de sinhogarismo, acompañando a muchas más personas, no solo desde los servicios sociales, sino cubriendo diferentes áreas, tales como la salud, la vivienda, la seguridad y el empleo, entre otras.

Ciudades como Barcelona son otro ejemplo donde se está invirtiendo en la creación de nuevas plazas y la mejora de equipamientos para personas sin hogar, “con perspectiva de género”. Desde estas iniciativas, se hace posible visibilizar y atender especialmente a mujeres, así como a familias monomarentales, como colectivos en situación de extrema vulnerabilidad y que suelen llegar a la situación de sinhogarismo con condiciones emocionales y físicas más mermadas, en comparación con los hombres, y sufriendo más violencia y abusos, de acuerdo con La Vanguardia.

Médicos del Mundo es una de las diez entidades que colaboran en este propósito y desde donde se está gestionando la vivienda protagonista de esta noticia y que se sitúa en un entorno céntrico privilegiado, con diversidad de recursos cerca. Con apoyo de los y las trabajadoras sociales, que visitan periódicamente las viviendas, estas mujeres se muestran entusiasmadas estrenando, no solo un hogar, sino también una nueva vida. 

Dejando atrás duros historiales de supervivencia al maltrato, la enfermedad o la pobreza, se preparan ilusionadas para recibir cursos y talleres que les abran nuevas oportunidades laborales y de vida independiente. Mientras, se deshacen en agradecimientos con toda la ayuda y apoyo que están recibiendo, especialmente por parte de las personas que las asisten. Y es que la evidencia ya ha confirmado la importancia de las redes solidarias y de apoyo en las intervenciones para la superación del sinhogarismo y el impacto que puede llegar a suponer en la mejora del bienestar de estas personas. Como explican los y las propias protagonistas, “una nueva vida puede comenzar de nuevo”.

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