
Entre marzo y abril de 2019, en los Países Bajos llevaron a cabo un experimento en diferentes escuelas, con 289 niños y niñas de entre 10 y 12 años de edad. El experimento tenía como propósito desarrollar una intervención educativa online contra el ciberacoso y evaluar los resultados analizando si entre los niños y niñas que participaban aumentaba su sensibilización y cambiaba su actitud para actuar como “bystanders” ante casos de ciberacoso.
En la investigación se crearon dos grupos. En el grupo experimental, los niños y las niñas participaban en una formación sobre ciberacoso online; en el grupo de control, a los y las participantes se les exponía a noticias falsas que no estaban relacionadas con el ciberacoso. El experimento comenzaba con una breve introducción al estudio tras el cual comenzaban a realizar un primer cuestionario de medición previa a la exposición con preguntas generales para medir sus actitudes, normas subjetivas, control conductual percibido e intenciones de intervenir en situaciones de ciberacoso. Después de completar el primer cuestionario, se les conducía a la intervención contra el ciberacoso o a la intervención ante noticias falsas. El equipo de investigación propuso dos módulos de aprendizaje online en los que los niños y niñas leían información sobre el ciberacoso o las noticias falsas, además de ver algunos vídeos, realizar actividades y responder a preguntas. Cada intervención duraba aproximadamente 35 minutos. Tras la exposición al contenido se les ofrecía un cuestionario que recogía preguntas sobre su conocimiento, concienciación y empatía hacia las víctimas del ciberacoso, junto con preguntas para evaluar si intervendrían como “bystanders”. Tres semanas después, los y las participantes rellenaban otro cuestionario online con una duración aproximada de 15 minutos.
Los resultados de la investigación han sido publicados en el artículo Empowering digital citizenship: An anti-cyberbullying intervention to increase children’s intentions to intervene on behalf of the victim, en la revista Computers in Human Behavior. Estos resultados muestran que los niños y las niñas que participaron en la formación contra el ciberacoso tenían mayor intención de intervenir en nombre de la víctima del ciberacoso en comparación con aquellos participantes que recibieron una intervención no relacionada con el ciberacoso. Estos resultados apuntan a los beneficios de desarrollar programas de intervención sobre ciberacoso centrados en el papel de las personas testigos, de los “bystanders”. Cabe destacar que una parte de la formación incluía datos sobre cuántos niños y niñas de la misma edad de los y las participantes intervienen y actúan ante casos de ciberacoso y sobre cómo ellos y ellas podían formar parte también de ese grupo.
Incluso con programas online de bajo coste, fáciles de ejecutar y de poca duración, como el que realizaron en este experimento, se vislumbran beneficios preventivos respecto a una mayor intención de intervenir de manera activa ante situaciones de ciberacoso, en solidaridad con las víctimas.
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