Carolina Marín, campeona olímpica y tricampeona del mundo de bádminton, lleva 15 años usando la analítica avanzada, las estadísticas y la inteligencia artificial (IA) en su estrategia deportiva. con el fin de mejorar su técnica, moldear sus movimientos y mejorar sus entrenamientos según El País.
Carolina empezó a usar el big data en 2006, cuando apenas unos pocos creían en la ventaja de los datos. Hoy todos se han subido a la ola del big data y cuanto la rodea se ha convertido en una herramienta imprescindible para el deporte de élite.
Cuando Marín llegó al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, el uso del big data se utilizaba para la banca o la publicidad y en deporte se limitaba al mundo de las apuestas o las audiencias. Los primeros en introducirlo en sus estrategias de juego fueron los deportes de masas como el baloncesto o el béisbol. En 2002, los Atléticos de Oakland basaron sus estrategias de juego y sus fichajes en estadísticas matemáticas y ese mismo año batieron un récord histórico con 20 victorias consecutivas clasificándose para los play off tras años de decadencia; una historia que recoge la película Moneyball (2011).
El uso del big data se fue extendiendo. En 2004 los Boston Red Sox se proclamaron campeones tras casi un siglo sin conseguirlo; el equipo británico de ciclismo en pista se unió a la revolución de los datos y 4 años más tarde logró 4 medallas en los juegos de Pekín; Fernando Rivas, acabado de llegar como entrenador de la Federación Española de Bádminton ese mismo 2004, se convirtió en uno de los primeros en usarlo en nuestro país con Carolina Marín.
Los datos se extraen de horas de trabajo de analistas que ven los partidos y anotan todo, por ejemplo, quién saca, cómo saca, su posición de pista en ese instante, cómo se hace el pase… después todo se lleva a un Excel y se hacen tablas dinámicas para buscar patrones. Según Rivas, en su caso han dedicado más horas a recoger, analizar los datos y a hacer gráficos que a entrenar. En 2004, Carolina se proclamó campeona del mundo, siendo la primera vez que una española se hacía con el título y, según Rivas, fue gracias a las horas que pasaron, incluso la noche de antes de la final, analizando datos de la contrincante Li Xuerui.
Hoy en día los avances permiten, a partir de los vídeos reales de los partidos analizados y teniendo en cuenta los datos, recrear con realidad virtual el partido que quieran contra la contrincante que quieran. Así, Carolina puede visualizar el partido para el que se está preparando antes de jugarlo. Eso le permite prever ciertas situaciones y adelantarse a ellas. En el caso de Carolina esta tecnología le permite incluso controlar los ciclos y fases del sueño. Como ella misma dice, su preparador físico con esos datos ve cómo ha dormido, si se ha recuperado o no y le transmite esa información a Fernando que, basándose en eso, puede planificar sus ejercicios del día.
A Carolina Marín el big data la ha llevado a lograr grandes éxitos deportivos siendo una de las pioneras en nuestro país. Ahora es evidente que el uso de los datos y de la IA son imprescindibles para el deporte. Esperemos que la vinculación ciencia, matemáticas y deporte llegue a áreas como la educación, para que no se siga engañando a la infancia diciendo que, o eres de una cosa o eres de otra… Marín ha demostrado que el conocimiento que une diferentes áreas lleva al éxito.
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