La necesidad de conocer el acoso sexual de segundo orden (SOSH) en base a evidencias científicas se ha vuelto imprescindible desde que fue legislado por unanimidad en el Parlamento de Cataluña. Muchas otras comunidades como Madrid, Valencia, Asturias, País Vasco o Cantabria se han sumado a la iniciativa de llevar la ley a sus respectivas instituciones a través de campañas en Change.org y también medios nacionales como la Agencia Sinc o El Diario como internacionales.

En el artículo Pioneer Legislation on Second Order of Sexual Harassment: Sociolegal Innovation in Addressing Sexual Harassment se analizan datos de legislación e informes, entre otros materiales, para dar apoyo a la evidencia científica existente sobre los mecanismos de prevención y respuesta al acoso sexual. En base a la información recogida, se observa que la prevención y respuesta se podría fundar en tres ámbitos. Primero, la intervención y protección de bystanders (las personas que observan el acoso), segundo, el papel que ejercen las redes de apoyo en proteger a las personas supervivientes y, por último, conocer y legislar el acoso sexual de segundo orden. 

Este último punto, en el que Cataluña ha sido pionera a la hora de legislar el SOSH como Violencia de Segundo Orden, es fundamental en iniciar el cambio social para reducir las situaciones de acoso. Si alguien observa y/o conoce una víctima de acoso, lo lógico sería denunciarlo. Pero, si a la hora de hacerlo, el acoso se le vuelve en contra, hay muy pocas personas que están dispuestas y pueden plantarle cara. Al haber una ley que proteja a los y las valientes que apoyan a quienes denuncian, cada vez más personas perderán el miedo a apoyar y también más personas denunciarán, contribuyendo a superar la violencia de género. 

La serie Omertá ha sido publicada como un análisis para que cada vez más personas conozca qué forma podría tener el SOSH y, en caso de sentirse identificadas o haber pasado por una situación similar, alzar la voz, buscar apoyo, convertirse en supervivientes y ayudar a que otras personas se conviertan. Todo ello, para contribuir a acabar con esta lacra del acoso sexual, tanto de primer como de segundo orden; para transformar la sociedad y lograr más libertad.

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