El teletrabajo es una realidad que se ha acentuado con la pandemia y está siendo motivo de análisis con el fin de visibilizar cómo está afectando a las personas, sobre todo a aquellos grupos que antes de la pandemia eran más vulnerables a las desigualdades sistémicas y estructurales del mundo laboral. Según el informe de 2020 del Congreso de Sindicatos en Reino Unido, las mujeres negras y de minorías étnicas son uno de los grupos que más lo está sufriendo, ya que la pandemia podría estar aumentando las desigualdades existentes debido al teletrabajo. 

Aunque el teletrabajo está comportando beneficios, para algunos grupos, también está suponiendo enfrentarse a dificultades como, por ejemplo, cuando el hogar se comparte con más miembros de la familia, se dispone de una habitación compartida con una hermana o el wifi es compartido, con los problemas de conexión que puede comportar. Son dificultades que se han detectado y que aún pueden ser mayores si se suman otras circunstancias como el tratarse de chicas jóvenes de minorías étnicas subrepresentadas profesionalmente o de quienes están saliendo de la universidad.

Se observa que el teletrabajo comporta la reducción de momentos de intercambio con  profesionales más experimentadas o del número de contactos. Algo que se acentúa en el momento de la finalización y del inicio de un nuevo contrato y que puede repercutir en el apoyo o en la capacidad de conectar con las personas profesionales adecuadas para tomar decisiones sobre las trayectorias profesionales.  

Pero también cabe destacar el interés que existe por seguir manteniendo que en el lugar de trabajo virtual predomine la diversidad y la inclusión, así como la disposición a  asegurar que nadie se quede atrás o integrar las nuevas ventajas que comporta la virtualidad. Por ejemplo, el hecho de ganar la capacidad de crear equipos que puedan ser mucho más diversos al abrir nuevas oportunidades de trabajo que conecten a personas de diferentes partes del mundo o también la posibilidad de aprovechar mejor todos los momentos del día. 

Otro ingrediente imprescindible para la equidad en el  teletrabajo es la solidaridad, por su potencial para crear nuevas redes basadas en el intercambio y en el apoyo, capaces de llegar a más personas. Redes de solidaridad que generan nuevas dinámicas que consiguen un mayor impacto y eficacia en el trabajo.

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