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Los medios dan cuenta de la detención del productor francés Dominique Boutonnat como consecuencia de la denuncia de abuso y presunta violación que interpuso su ahijado. Resulta difícil creer que este hecho esté desvinculado del impacto de campañas como #Metoo. Esto debido a que, dada la carrera y la trayectoria del acusado, hasta no hace mucho tiempo, estas acusaciones hubieran caído, muy posiblemente, en oídos vacíos y hubiera prevalecido la ley del silencio que poco a poco se rompe en todos los espacios. 

Resulta, en cambio posible en un contexto social que está abriéndose a escuchar a las víctimas. A estar de parte de ellas y desmontar mitos arcaicos que imponían en las víctimas la culpa y el interés de hacer públicas las denuncias como si en ellas ganaran algo. 

Las redes sociales permiten una sororidad colectiva e internacional, con hashtags como #Metoo, #MeTooInceste, #MeTooGay las denuncias de abusos se multiplican permitiendo a las víctimas y a quienes se solidarizan con ellas la posibilidad de hablar. Denunciar y hablar del tema, terminar con años de silencio que revictimizan y no permiten avanzar ni sanar. 

La repercusión de estos movimientos genera impacto social, político e individual. 

Todas las personas se benefician de espacios libres de violencias, todas las personas necesitamos leyes que protejan a las víctimas, que expliciten el consentimiento, que defiendan a las y los menores. 

Los últimos meses se ha visto como cada vez son más los países que avanzan con las leyes de consentimiento. Al respecto como se presentó en este periódico, el artículo Moving Toward a New Model of Sexual Consent: The Development of the Process-Based Consent Scale se plantea presentar una escala del consentimiento a través de la cual se puedan medir actitudes y comportamientos relacionados con el consentimiento para conseguir un consentimiento preciso, libre y exacto para las relaciones sexuales es el reto de muchas investigaciones y políticas actuales.

En Francia, aunque es muy discutible la decisión de rebajar la edad de consentimiento a los 13 años, lo que también ha hecho explotar las redes sociales con el #consentement13ans, la propuesta de ley si presenta un avance a la actual y es condenar cualquier acto sexual de una persona adulta hacia una niña o niño o adolescente, sin importar el consentimiento. Tema también tratado en DF anteriormente. 

La sociedad en su conjunto sana cuando se rompe el silencio y se crean espacios seguros como las universidades, las escuelas, los espacios de trabajo. Los movimientos sociales son esenciales para que las víctimas dejen de serlo. Ya no hay intocables, ya no. Ahora aquellos que durante años abusaron de su poder para acallar a las víctimas saben que es cuestión de tiempo para que deban responder ante la justicia, y aquellos que lo han hecho desde la impunidad de sus casa, familias o centros menos públicos también saben que ya el silencio no los protege, que serán llamados a hacerse responsables de sus hechos. 

 

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