Natalie Robi Tingo tiene 28 años, nació en la comunidad de Kuria y es fundadora y Directora Ejecutiva de Msikhana Empowerment Kuria, una organización dirigida por mujeres en la zona rural de Kenya que trabaja desde el año 2015 para acabar con la práctica de la mutilación genital femenina (MGF).
La activista explica que la MGF es una norma social profundamente arraigada en Kuria. La presión que sienten y tienen las familias y las propias niñas es muy fuerte. Si no se practica, se ejerce violencia hacia ellas y se las etiqueta de «no mutilada». El mito de que una niña mutilada tiene más posibilidad de contraer matrimonio también contribuye a esa presión sobre ellas.
Ante esa realidad de injusticia y desprotección a las niñas, incluso por las personas que deben protegerlas, Natalie Robi Tingo decidió crear una organización que ayudara a empoderar a las niñas para cambiar su futuro y poder decidir sobre sus propias vidas y sus propios cuerpos. Las niñas crecen con la idea de que la MGF es una obligación que tienen con sus padres y con su comunidad. Su objetivo es hacer entender que esa creencia o norma es incorrecta. Natalie Robi Tingo cree, y lo ha vivido también, que cuando las niñas entiendan que la MGF no tiene porque ser una obligación, podrán luchar por ellas mismas y ayudar a las demás.
Para Natalie no existe otro camino y tiene muy claro que es la justicia. Todos y todas deberíamos convertirnos en activistas y trabajar en favor de los derechos de las niñas, ser solidarias y cuidarnos las unas a las otras, especialmente a las niñas y a las mujeres más vulnerables.
Las cifras son espeluznantes. Más de 200 millones de niñas y mujeres vivas a día de hoy han sido sometidas a la MGF. La pandemia de la COVID-19 ha provocado un aumento del riesgo a cometer esta horrible práctica a muchas niñas. Natalie relata que hay recompensas a las familias que mutilan a sus hijas en forma de regalos o otras fuentes de ingresos. Muchas de ellas han mutilado a sus hijas para superar las dificultades económicas de estos momentos.
Hoy, 6 de febrero es el Día Internacional de Tolerancia Cero con la MGF, ONU Mujeres lanza un mensaje (Es hora de unirse, financiar y actuar para poner fin a la MGF) y un comunicado en el que advierten que muchas mutiladoras tradicionales han vuelto a ejercer esta práctica, acercándose a las familias, puerta por puerta, en busca de trabajo.
Niñas, jóvenes y mujeres como Natalie Robi Tingo, unidas a la Generación Igualdad, están trabajando para conseguir Tolerancia Cero con la MGF, promoviendo el cambio y transformando sus comunidades para hacer entender que la MGF es una forma de violencia sexual, que tiene graves consecuencias a corto y largo plazo (infecciones, cicatrices, dolor e incluso la muerte) y que ninguna niña más en el mundo debe pasar por esa brutal y traumática experiencia.
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