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Hoy entrevistamos a Lídia Puigvert, feminista que ha escrito un libro con Judith Butler, ha sido conferenciante en Harvard University y Affiliated member del Instituto de Criminología de Cambridge

1.Nos gustaría conocer más qué significa el discurso coercitivo que asocia la atracción con la violencia y por qué constituye un factor de riesgo para la violencia de género hacia las chicas. 

El discurso coercitivo son todas aquellas interacciones, que se producen en contextos muy diversos donde las chicas y los chicos llevan su vida cotidiana, que generan o promueven la atracción hacia la violencia. Ese discurso coercitivo promueve, sobre todo, que las chicas en relaciones heterosexuales consideren que aquellas personas que tienen conductas violentas, agresivas, sean aquellas con las que les gustaría tener un rollo, porque les cuentan que son más excitantes, más atractivas, ese es el discurso coercitivo.

Es un factor de riesgo para la violencia de género en las chicas porque históricamente siempre se ha vinculado la violencia de género sólo a los entornos de pareja o expareja. En España, muy pocas veces, de hecho, hasta que no lo hicimos nosotras nadie lo decía ni lo investigaba, como, también existe mucha violencia de género en las relaciones esporádicas. Actualmente muchas chicas que se han formado ante ese falso mito, esa ocurrencia de que en las relaciones esporádicas no hay violencia de género, no identifican ni se cuestionan por qué les quieren hacer pasar por atractivos a chicos que son violentos.

Existe mucha coacción para que digan que les gustan, y para que, una vez lo han dicho, acaben asumiéndolo. Es en esa socialización donde las chicas, a medida que se encuentran en entornos donde aquellas personas que tienen conductas violentas y que de cualquier otra forma identificarían y rechazarían, no lo hacen porque consideran que, “a pesar de”, son atractivos y vale la pena. Y es ese error que se ha cometido en el feminismo en España, que hace que esas chavalas no decidan rechazarlo, porque consideran que en ese tipo de relaciones se lo van a pasar bien

2. En las investigaciones destacáis la relevancia de esta coacción durante el despertar de sus relaciones afectivo-sexuales… ¿Por qué?

Hay mucha evidencia a nivel internacional que ya explica la importancia que tiene prevenir desde que los niños y las niñas son muy pequeños, porque en los procesos de socialización se normalizan las conductas y se acepta, eso ha influido muchísimo.

Pero en este caso específico, cuando hablamos del despertar en las relaciones afectivo-sexuales, lo que acostumbra a pasar en la actualidad es que las chicas te dicen, ‘tengo mala suerte’, ‘no sé qué me ocurre’, ‘yo no quería, pero…’, y lo pasan fatal. Lo que ocurre es que el discurso coercitivo provoca que normalicen que las desprecien, por ejemplo, y cuando no existe este tipo de conductas no identifican que pueden ser relaciones excitantes, consideran que eso va a ser aburrido, y ese es el aprendizaje que muchas veces se les impone.

Porque la primera vez que una chica, adolescente o preadolescente, tiene una relación de este tipo, coercitiva, es decir, todo lo contrario a una relación excitante y libremente escogida, cuando es coercitiva, la primera vez siente que no le gusta, rechaza esa relación, pero tiene un discurso coercitivo tan asumido y que le está presionando tanto, que cuando acaba, o durante el rato que está con esa persona, a pesar de que sienta asco, cuando vuelve con sus amigas, cree que el problema es suyo, que sintió asco no lo puede decir porque sus compañeras y amigas se van a reír de ella, van a decir que es que no sabe, entonces ella silencia ese hecho que es cierto, por ese discurso coercitivo, lo asume como un problema propio, y ya se le pasará, porque además lo dicen así… ‘bueno… me pareció raro, pensé que sería diferente’.

Las adolescentes expresan este tipo de sentimientos, ‘no es lo que me esperaba, pero bueno…’, y en el proceso del discurso coercitivo acaban diciendo… ‘no, no, creo que sí que me gustó, lo que pasa es que quizás no supe entenderlo’ o ‘no, no, si el tío es una pasada’, y eso acaba imponiéndose Las investigaciones también dicen que el autoengaño acaba generando que ese engaño se convierta en realidad y eso es lo que ocurre.

Las chavalas lo dicen inicialmente, ‘ya te acostumbrarás’, y se acaban acostumbrando. Y cuando ya han entrado en muchos tipos de relaciones en las que hay este tipo de actitudes y conductas, ya lo consideran normal. De hecho, animan a otras a tener el mismo tipo de relaciones. Ese autoengaño se produce de forma colectiva también. Y provoca que aún se asuma más ese discurso coercitivo. Por eso es muy importante que las chicas sepan que existe, y que lo que sienten la primera vez que se enrollan con un chico que tiene conductas agresivas o de desprecio, y que no tiene ni idea de lo que es el sexo, ni de lo que es la sensualidad, ni de lo que es la excitación, ellas lo que están sintiendo es correcto, el problema no es suyo, es la sociedad que promueve un discurso coercitivo, para que piensen que ellas sienten algo que es extraño. 

3. ¿Qué relevancia tiene el análisis de los contextos de coacción en los ligues esporádicos que tienen las chicas?

Lo considero clave, precisamente porque estamos en el siglo XXI y las adolescentes quieren tener relaciones libres sexualmente, quieren decidir cómo vivir su sexualidad, con quien vivirla, cuántas veces, esa libertad es necesaria en el siglo XXI y es imprescindible que las chicas sientan que son libres, pero para sentirlo necesitan tener libertad, y para ser libres necesitan saber que existe ese discurso coercitivo que las está coaccionando en sus decisiones, de forma consciente y también de forma inconsciente.

Lo que sabemos hasta ahora es que en esas relaciones afectivo-sexuales esporádicas existe mucho discurso coercitivo y por eso es imprescindible que las chavalas, si quieren seguir manteniendo ese tipo de relaciones, las sigan manteniendo, pero puedan tener a priori este conocimiento y que sepan que, cuando ellas están decidiendo irse con cualquier chico, que en cualquier otra situación decidirían `¡paso!´ porque es agresivo, porque desprecia a otras tías, porque `¡¿de qué va?!´, `que esto es el siglo XXI´, `yo quiero un tío que me trate siempre bien´, discursos que en determinados entornos y en algunas escuelas cuando se habla de la pareja o las relaciones estables pueden estar más presentes, en su vida privada no lo están o es justo lo contrario Si tienen esa información podrán decidir qué tipo de relaciones quieren y con qué tipo de personas las quieren.

4. ¿Qué es lo más importante de estas contribuciones para las personas que incidimos en la prevención de la violencia de género, como la familia, hermanas, amigas, profesorado…?

Una de las cosas que está muy a nuestra mano ya, es el acceso a las evidencias científicas, es decir, que desde aquellas instituciones, colectivos, entidades, en las que estamos, podamos acercar a los chicos y las chicas esta literatura científica. Para que ellos mismos vean lo que estamos investigando y ellos mismos identifiquen en los artículos lo que está sucediendo. Eso ya clarifica mucho el debate. Abrir también espacios de debate, donde puedan explicar esas confusiones que tienen, o por qué identifican que una cosa es la que ocurre en mis primeros años de vida y me divierto, y luego lo que voy a hacer de mayor. Los chicos y las chicas, cuando identifican que la trayectoria de vida influye, y que lo que ocurre en los primeros años de vida o en las primeras relaciones, influye en las relaciones posteriores, también se paran a pensar. 

Porque hasta ahora lo que se ha vendido desde las ocurrencias es que una cosa es la vida de adolescencia, los años locos, que eso forma parte de nuestra genética; que luego, ya de mayores, hacemos como un parón y, decidimos otras cosas. Eso la investigación ya ha demostrado que es falso. No ocurre nunca. Por eso luego, las chicas y los chicos tienen relaciones que les desencantan o simplemente no encuentran a la persona que quieren. Si durante los primeros años hemos accedido a que nos desprecien, esto puede tener un impacto directo en cualquier período de nuestra vida, y eso va a afectar a nuestros hijos e hijas, si los tenemos, a nuestra pareja, si la tenemos, a las personas, familiares con las que estamos, porque tendremos actitudes más agresivas, no les respetaremos en según qué cosas, es decir, saldrá, lo que nos hemos metido dentro. Y entonces es mejor que lo sepamos para decidir cómo queremos que salga.

Si existen entre chicas y chicos o personas mayores, situaciones de depresión, por ejemplo, o problemas de alimentación, dolores de cabeza, migrañas, problemas de bulimia… la investigación cada vez demuestra más que tiene relación con estos años de vida en los que quieren hacer creer que ‘ahora me estoy divirtiendo’, cuando en realidad lo están pasando fatal (gritos, peleas, engaños, desprecio…)… Que podamos repensar nuestras vidas, y permitir a las chicas y los chicos que las inician ahora decidir cómo quieren que sean, esto sí está en nuestras manos. Y para eso hay que abrir espacios de debate con ellos y ellas con base científica.

5. Desde el inicio de la crisis sanitaria producida por la covid19, los análisis publicados muestran un aumento de la violencia de género también en las chicas jóvenes debido, por ejemplo, a un aumento de tiempo en las redes y otros entornos virtuales. ¿Qué claves podrían ayudarles a protegerse en estos momentos?

Las chicas y los chicos, las personas en general, los menores, deben estar alerta en las redes para no caer en esas trampas que la masculinidad hegemónica violenta ha llevado a la práctica toda la vida. Para eso es necesario tener en cuenta que van a estar ahí a la caza, como han hecho durante siglos, y que hay que plantear fórmulas para atreverse a decir ‘no me interesa’. Si chicas y chicos se atreven a dar un paso adelante y decir esto de ‘yo paso de ti’, ‘he visto como has hablado a otras chavalas’, ‘déjame en paz’, eso va a generar también que más chicas se sientan con fuerzas para hacer lo mismo.

Hay muchas chicas que querrían dar ese paso, pero les da un poco de miedo lo que va a pensar el resto ‘¿qué estás haciendo?’ ‘estás haciendo el ridículo’, y es justo lo contrario. Cuantas más chicas se atrevan a decir ‘pues yo paso porque no me gusta’, ‘paso de tíos que tratan mal a otras tías’, eso va a generar un ambiente en las redes diferente y eso  las redes lo facilitan. Igual que facilitan caer en la trampa, también facilitan todo lo contrario. Crear redes de solidaridad entre las chicas precisamente para pasárselo mejor, para sentirse más libres de hacer lo que quieran y con quien quieran, sin el miedo de lo que va a pasar al día siguiente o de qué foto va a colgar de mí. Cuanto más se atrevan las chicas a decir que no a ese tipo de chavales, más libres van a ser para hacer luego lo que quieran en las redes con quienes nunca van a usar las redes para acosarlas, las masculinidades alternativas. 

Atreverse a, por ejemplo, bloquear a un chaval que desprecia y hacer visible ese rechazo a quien ejerce la violencia. Las redes nos pueden permitir también hacer eso. En vez de copiar lo que hacen otras, que quizá no tienen la misma suerte de entender que existe un discurso coercitivo que las sigue teniendo esclavizadas, podemos ver con ellas y ellos cómo crear redes de solidaridad para generar rechazo y promover la originalidad, porque a veces la coacción nos lleva a no dar un paso adelante ni siquiera en los bailes o en los videos que podamos encontrar colgados que muestran precisamente el rechazo a la violencia y que generan más atractivo.

6. Otra de tus contribuciones más destacadas es la inclusión de todas las mujeres en el movimiento feminista ¿Cómo ayuda a la eliminación de la violencia de género esta mirada desde la diversidad de mujeres?

Me parece fundamental. Igual que en otros momentos de la historia las mujeres se han unido para conseguir conquistas, por muy diferentes que fuéramos, como el derecho a la educación, el acceso al trabajo, o incluso la libertad sexual, ahora, es que las mujeres y las chicas, de los diferentes entornos, nos unimos en contra de aquellas personas que tienen conductas agresivas y luchamos en contra de ese discurso coercitivo que dota de atractivo a las personas que son violentas, precisamente ahí creo que podemos ponernos de acuerdo personas muy diferentes, mujeres muy diversas, también en entornos que, en otros momentos probablemente el feminismo hubiera considerado opuestos.

Ahora es el momento de demostrar que no, que eso es falso, que lo que muestra si una mujer es feminista o no, si una persona lo es o no, es la capacidad que tiene de rechazar esa violencia que históricamente se nos ha impuesto y a la que todavía estamos esclavizadas. Precisamente eso, si conseguimos hacerlo desde diferentes identidades (religiosas, culturales, de género, etc.), podemos conseguir superarla con mucho más éxito y conseguiremos entornos de amistad, de relaciones mucho más exitosas, convenientes, pero sobre todo mucho más atractivas.

 

 

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