
Coincidiendo con el Día Internacional de las Mujeres Rurales, se ha presentado recientemente el estudio Mujeres víctimas de violencia de género en el mundo rural, promovido y coordinado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad, y realizado por la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR).
Con la publicación de este estudio se da cumplimiento a la medida 180 del Pacto de Estado en materia de violencia de género que plantea “realizar un estudio de la situación de las mujeres víctimas de violencia de género en el mundo rural, para analizar actuaciones policiales, respuesta penal, asistencia sanitaria, jurídica y asistencial, con la participación de entidades públicas y privadas del medio rural y testimonios de las propias víctimas, en el marco del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)”.
En municipios de menos de 20.000 habitantes situados en siete comunidades autónomas, FADEMUR realizó 167 encuestas a mujeres, 333 encuestas a profesionales de atención y 23 entrevistas en profundidad a mujeres víctimas y usuarias de diversos servicios de atención a víctimas.
Entre los resultados de las encuestas a mujeres, merece destacar que la violencia de género aún se percibe habitualmente más como una cuestión del ámbito familiar y privado que como un problema social y estructural; un 61,35% de las mujeres ha sabido de un caso de violencia de género; un 40% afirma conocer los derechos civiles que tienen las víctimas de violencia de género y el teléfono de información y asesoramiento jurídico 016 es el recurso de atención más conocido.
En lo que se refiere a las encuestas a agentes sociales y profesionales, más de un 64 % ha atendido a mujeres de entre 25 y 50 años de edad; los y las profesionales afirman no proporcionar un trato especializado a las mujeres que tienen hijos o hijas menores; entre las deficiencias que señalan están la falta de personal especializado, horarios limitados y falta de acondicionamiento y accesibilidad de los centros. Los recursos mejor valorados son servicios de atención a la mujer, servicios sociales, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y servicios de salud. El 48,91 % de los y las profesionales encuestadas valora como fluida la coordinación entre los diferentes recursos, y apenas existente la coordinación con los servicios judiciales, las asociaciones, y las entidades privadas de atención a las víctimas.
Se ha identificado la existencia de violencia psicológica en el 100% de las mujeres, seguida de la física (78,26%) y la económica (56,52%). La violencia sexual se ha identificado en un 39,13% de las mujeres víctimas y la ambiental, en un 34,78%. Casi todas las mujeres entrevistadas han permanecido en las relaciones de maltrato durante una media de 20 años. Razones como la dependencia económica, el miedo al qué dirán, la falta de solidaridad, el férreo control social y familiar, el desconocimiento de los recursos de protección y atención o la desconfianza hacia la efectividad de los mismos, son algunos de los argumentos que explican la larga permanencia en esta situación de maltrato. Durante todos estos años, ellas han experimentado sentimientos de miedo, culpa, vergüenza, soledad y aislamiento principalmente, que conforman una realidad especialmente dura en el mundo rural y se traduce en el silencio de las víctimas.
En las conclusiones que se desprenden de este estudio se presenta un medio rural en el que perduran de forma notable la desigualdad de género, los roles sexistas tradicionales y la violencia contra las mujeres. La feminización de la pobreza es un problema muy presente que, unido a la dependencia económica de la pareja, constituyen los principales factores de riesgo en los municipios de hasta 20.000 habitantes.
Las actuaciones que se proponen van encaminadas a la prevención y sensibilización, de manera que se incluyan, transversal y sistemáticamente, en los currículos escolares desde las etapas más tempranas, los contenidos en igualdad, buen trato y prevención de la violencia en todas sus formas. Como mejor antídoto contra la violencia de género en el mundo rural, la práctica totalidad de las mujeres entrevistadas reclaman más educación en igualdad.
Se ha de considerar que en el mundo rural se revela especialmente importante la coordinación con las entidades del tercer sector y asociaciones que trabajan con las víctimas, así como con las redes de apoyo informales como son la familia, amistades, vecindad, compañeros y compañeras de trabajo.
El estudio, en definitiva, pone de manifiesto la necesidad de aumentar los recursos especializados en violencia de género, agilizar los trámites de divorcio o separación, mejorar la atención de las casas de acogida, mejorar la coordinación entre recursos para evitar su revictimización, y mejorar la atención y protección de sus hijos e hijas.
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