
Ni moderno ni postmoderno. Las NAM no permitimos ni queremos participar en acciones que justifiquen el racismo y la desigualdad. Tanto las posiciones de discrimación racial como las justificadas por cuestiones de diversidad cultural o étnica, se basan en fundamentos que van en contra de los Derechos Humanos. Los hombres igualitarios y atractivos se posicionan ante este gran abanico de acciones racistas que podemos encontrar en la sociedad.
La Asamblea Naciones Unidas aprobó la Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de Discriminación racial, que entró en vigor en 1969, ha sido ratificada por más 170 países, y que es el instrumento para la lucha contra el racismo a nivel mundial. En este sentido, son necesarias todas las iniciativas posibles tanto a nivel colectivo como personal, que vayan sensibilizando a la sociedad para la mejora del pensamiento y de las acciones que generan tanto dolor y tanta violencia.
El posicionamiento personal, coherente y rotundo, en las acciones más individuales y cotidianas es una parte muy importante para seguir caminando en esta dirección. Los hombres vivimos muchas conversaciones y diálogos en los que aparecen argumentos racistas, en los que tenemos que decidir si merecen o no algún tipo de respuesta.
Las NAM, que con su seguridad, coraje y ruptura de la doble moral contribuyen a la superación de la violencia de género, son muy claros con todas las cuestiones relacionadas con las injusticias y con el sufrimiento derivado de la violencia. No permiten en ningún entorno los argumentos racistas más claros, que serían los modernos, de cariz racial. Tampoco los argumentos postmodernos, que parecen más indirectos pero que causan la misma exclusión. Son aquellos relacionados con cuestiones de diversidad étnica, etnificación, de orientación antiigualitaria, en la que se deforman los hechos y se esgrimen ideas que petrifican las diferencias culturales para impedir el entendimiento.
Para afrontar esta lucha y para la inclusión de todas las voces y la visibilización de las posibilidades que pueden generarse, se hace imprescindible desplegar actuaciones de acción afirmativa que contribuyan a mostrar los beneficios del diálogo y del reconocimiento para el aprendizaje mutuo de todas las personas y de todos los colectivos.
El proyecto del Programa de Investigación Horizon2020 de la Unión Europea Solidus, supuso la oportunidad de hacer públicos, a nivel continental, los proyectos solidarios que se desarrollan en toda la Unión. En ellos se proponen objetivos dirigidos a mejorar las vidas de las personas en múltiples temáticas y ámbitos que afectan a la población más vulnerable. En los informes de este proyecto se presentaron muchas iniciativas y se promovieron claves que podían ser tenidas en cuenta de cara a la toma de decisiones tanto de instituciones públicas como privadas.
Las NAM contribuyen a la creación de espacios libres de violencia ya que ponen en marcha respuestas activas que, con el lenguaje del deseo, vacían de atractivo las actitudes de quienes utilizan argumentos racistas. Una de las claves que usan es la de contar con la voz de la diversidad de personas de diferentes raíces culturales y etnias, ya que reconocen el valor que atesoran y los beneficios que pueden surgir al ponerlas en contacto de manera dialógica. En este sentido, las NAM saben reconocer, poner en valor y visibilizar, haciendo acción afirmativa, las masculinidades alternativas y todas las acciones transformadoras presentes en todas las culturas y de todos los orígenes. De este modo, promueven la ruptura con los estereotipos que de modo convencional existen en las distintas sociedades. La lucha por la superación de la violencia de todo tipo de las NAM pone en el centro la defensa de los Derechos Humanos, para que todas las personas puedan tener relaciones igualitarias, puedan vivir de manera digna y puedan esforzarse para hacer realidad sus sueños y los de sus familiares y convecinos.
Tal y como publicaron dos referentes NAM como son Ramón Flecha y Jesús Gómez en su libro “Racismo: No, Gracias. Ni moderno ni postmoderno” (1995), la radicalización de la democracia se basa en la perspectiva comunicativa, encaminada a promover la igualdad de derechos y la libertad para que cada persona pueda decidir cómo vivir. Para conseguirlo es necesario que el acuerdo entre personas, colectivos o culturas se base en el reconocimiento de la igualdad de las diferencias y la búsqueda de territorios compartidos. Las NAM comparten estos principios y se posicionan de manera clara ante quienes con su actitud no respetan los derechos humanos ni los sueños de vida de cualquier persona.
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