Andrea Khalfaoui Larrañaga

Andrea Khalfaoui Larrañaga, de padre amazigh y abuela gitana, ha sabido superar la exclusión educativa a personas de bajo nivel socioeconómico y de familias inmigrantes o de grupos culturales desfavorecidos. Ha realizado una brillante tesis doctoral sobre el IPI Sansomendi que tendrá en su tribunal personalidades como Neil Mercer (Cambridge). 

 ¿Es verdad que atribuir un problema social a un grupo étnico es internacionalmente considerado como racismo? 

Indudablemente sí. Para saberlo, no hay más que consultar las publicaciones científicas al respecto y los criterios éticos sobre la comunicación social.

¿Cómo valora que en algunas redes sociales se esté señalando al pueblo gitano en el tema del absentismo en estos momentos de Covid-19?

Aunque estos días está teniendo más intensidad, no es nuevo que se culpe al pueblo gitano de nuestro absentismo educativo; lo mismo ocurría en los años 50 en Estados Unidos, se echaba la culpa a la población afroamericana de la exclusión que el sistema educativo hacía con ella. Hay familias gitanas y centros educativos que están logrando unas mejoras importantísimas de sus niños y niñas; lo que hay que hacer para superar los estereotipos racistas es señalar, apoyar y generalizar esos avances, en lugar de hacer sensacionalismo con estereotipos racistas que benefician a la extrema derecha. 

 ¿Valora el pueblo gitano la educación?

La valora y mucho, sabe que es la única posibilidad que tiene de salir de su exclusión. Tuve ocasión de ser presentada como un caso de éxito en los internacionalmente famosos encuentros de niñas y mujeres gitanas, pocas veces he visto tanta motivación por la educación. Hay asociaciones gitanas haciendo una gran labor en este sentido en colaboración y diálogo continuo con los centros educativos, la población paya y las administraciones. 

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