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Decenas de mujeres iraníes han recurrido a las redes sociales para compartir sus historias de acoso sexual y violación, rompiendo con años de silencio y arrojando luz sobre un sistema legal que pesa en contra de las víctimas. 

La ex periodista Sara Omatali ha decidido romper el silencio 14 años después de los hechos, incapaz durante todo este tiempo de hablar sobre la terrible experiencia que sufrió en Teherán en el verano de 2006. Omatali, que ahora vive en Estados Unidos, fue agredida sexualmente presuntamente mientras entrevistaba a un destacado artista en la capital iraní. Hace poco más de una semana, finalmente decidió romper su silencio en Twitter el pasado 22 de agosto

Omatali se encuentra entre las decenas de mujeres iraníes que recientemente han recurrido a las redes sociales para denunciar el acoso y abuso sexual que sufrieron. Algunos han utilizado el hashtag #MeToo. Omatali se sintió alentada a hablar después de leer el relato de otra joven que dijo que fue violada hace tres años. En su cuenta, publicada en Instagram a mediados de agosto, la mujer dijo que se despertó desnuda luego de que su agresor la drogara y violara. Su publicación pronto se volvió viral y desde entonces más de una docena de mujeres se han manifestado para afirmar que fueron atacadas por el mismo hombre, presuntamente un ex estudiante de arte en la Universidad de Teherán. En las últimas semanas, otras mujeres iraníes han recurrido a Instagram y Twitter para nombrar a sus presuntos agresores. Entre los acusados ​​se encuentran un profesor universitario y destacados artistas, actores y escritores.

Solidariamente, sus cuentas han suscitado una ola de apoyo en las redes sociales. En algunos casos los y las abogadas han ofrecido asesoramiento legal, conscientes de que las acusaciones podrían volverse contra las demandantes. Algunos y algunas se han ofrecido a asesorar a las víctimas de forma gratuita ante las leyes de la República Islámica, que actúan como disuasivo para muchas víctimas, según el abogado Mohammad Oliaeifard en France24. Según el abogado, es muy difícil probar la violación en un tribunal iraní. Para ser reconocida como tal, una violación debe ser confirmada por múltiples testigos y evidenciar que ha habido penetración. Además, la severidad de los castigos también puede disuadir a las víctimas de presentar cargos ya que, si se prueban los hechos, son condenados a la pena capital, y muchas víctimas afirman ser contrarias a la pena de muerte.

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