El discurso a favor de la igualdad, la lucha contra las violencias de género, los posicionamientos públicos contra la discriminación son algunas realidades que las masculinidades alternativas tienen muy presentes en su práctica cotidiana. De hecho, estamos ante un momento histórico relevante en el que existen campañas protagonizadas por hombres para conseguir la igualdad, grupos de hombres abolicionistas, redes de masculinidades buscando soluciones a grandes problemáticas causadas por la masculinidad tradicional como el acoso, la delincuencia o la violencia de género.
A pesar de estos grandes avances históricos existe un aspecto que se aborda escasamente cuando hablamos de nuevas masculinidades: la coherencia. En este caso nos referimos a la importancia de no hacer dobles discursos o no reproducir la doble moral que la investigación en masculinidades tradicionales ya ha subrayado de forma rotunda. A continuación, vamos a poner algunos ejemplos que muestran la existencia de esta falta de coherencia en algunos contextos cotidianos.
Uno de estos ejemplos sería cuando existe un caso de acoso conocido por todo el mundo en el lugar de trabajo, ya sea en un centro escolar, universidad, empresa; y no hay una denuncia o posicionamiento público por parte de los hombres presentes en ese lugar. Esos hombres pueden defender la igualdad salarial, la igualdad entre géneros, la no discriminación, pero si miran hacia otro lado cuando existe un acoso eso desacredita el término de nuevas masculinidades. Otro ejemplo sería cuando se articula el discurso sobre la necesidad de conseguir una mayor paridad de género en las tareas domésticas y en los cuidados, pero sin embargo se obvia que; como ya señalaba Connell, eso no es sinónimo siempre de no utilización de la violencia. Ese tipo de paridad si no va acompañada de un rechazo público a la violencia también fomenta la incoherencia en el abordaje de las masculinidades. Por último, otra realidad que no se puede obviar es la relacionada con la coeducación. En este caso, no es coherente trabajar pedagógicamente la importancia de superar los estereotipos de género en clase, mientras en esa misma clase los chicos más violentos y sexistas, que normalmente ejercen acoso, son los más valorados y con mayor éxito en sus relaciones. Si es inexistente la intervención educativa ante esta última realidad eso también reproduce la incoherencia en el abordaje de las nuevas masculinidades.
Para poder superar todas las incoherencias previamente presentadas es necesario ahondar en el significado real de las nuevas masculinidades alternativas. Hoy sabemos que la investigación ya ha dejado muy claro cuáles son sus principales características, de modo que su abordaje debe fundamentarse en el rigor de las evidencias y en la ética de la responsabilidad, es decir diseñar actuaciones e intervenciones socio-educativas que busquen esa coherencia en los diferentes contextos de socialización.
Director de la revista científica Masculinities and Social Change
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