En esta entrevista hablamos con Megan Minoka Hill, la directora del programa Honoring Nations y del Harvard Project on American Indian Economic Development. El Honoring Nations es un programa orientado a identificar, compartir y celebrar casos ejemplares de gobernanza de los pueblos nativos en Estados Unidos.
Charlamos con Megan acerca de los retos que afrontan los más de 500 pueblos nativos (conocidos como Native Indian) de Estados Unidos, y el rol que está teniendo el Harvard Project en medio de esta crisis.
¿Cuáles son los retos q están teniendo las comunidades indígenas en USA?
Para entender esto es necesario algo de contexto. En Estados Unidos hay 574 tribus nativas diferentes. Entre ellas hay muchísima diversidad, desde su historia, su tamaño tanto en población como en extensión geográfica, sus diferentes formas gubernamentales que van desde sistemas parlamentarios hasta incluso teocracias, u otros aspectos socioeconómicos. Esta diversidad explica también el impacto diferenciado que está teniendo el COVID en las comunidades indígenas, tal y como está sucediendo en el resto del mundo.
El COVID está revelando las grietas ya existentes, y arrojando luz sobre los puntos débiles de estas naciones (las tribus nativas son reconocidas como naciones soberanas a nivel federal en Estados Unidos), uno del cual es el acceso al sistema de salud. Estamos viendo que el COVID está impactando a las comunidades indígenas cuatro veces más de lo que lo está haciendo con la población estadounidense en general. Y esto es más probable que ocurra en aquellas comunidades indígenas donde las condiciones de las viviendas son pobres, que experimentan falta de agua potable y saneamiento, o hacinamiento de muchas personas, a aquellas comunidades donde el inglés no es el idioma dominante. Por esto último ha sido realmente crucial contar y distribuir la información teniendo en cuenta la diversidad lingüística y cultural. Por ejemplo, a la hora de comunicar la información relacionada con el distanciamiento social.
Subyacente a todo esto están las mayores disparidades de salud que sufren las comunidades indígenas. Y esto habla sobre la infrafinanciación durante generaciones y de forma sistemática de la salud pública en este país, el acceso a alimentos saludables y los estilos de vida realmente moldeados por el colonialismo. Estamos viendo -y creo que algo bastante lógico- que el racismo institucional simplemente crea poblaciones más enfermas.
Asimismo, cabe observar que las respuestas al COVID-19 por parte de las comunidades ha sido rápida. Las naciones tribales rápidamente emitieron órdenes de confinamiento (“Stay at home orders”), restricciones de viaje, ser cerraron fronteras, entre otras medidas.
Y luego no podemos dejar de lado el impacto que esto ha tenido en la economía, que ha sido tremendamente negativo. Desde la década de 1970 las comunidades indígenas han estado en esta era de autodeterminación, donde las tribus son consideradas naciones soberanas y por lo tanto tienen los mismos poderes y responsabilidades que cualquier gobierno estatal o local para satisfacer las necesidades de su ciudadanía (desde pavimentar carreteras, administrar departamentos de salud, dirigiendo sus escuelas y desarrollando el currículo, o recogiendo la basura, entre otros). Pero lo que es diferente es que las naciones tribales carecen de la base impositiva tradicional que los gobiernos estatales y locales tienden a tener, sea los impuestos a la propiedad, a las ventas y a la renta. Así que el país indio (el Indian country) depende abrumadoramente de la economía generada por las empresas comerciales, desde los casinos hasta una amplia variedad de actividades económicas. Nada más declararse la pandemia hubo un cierre inmediato de estas empresas, y los ingresos automáticamente cayeron a cero. Esto ha tenido un impacto realmente devastador en las economías y, por extensión, en los gobiernos. Las comunidades indígenas tienden a ser los motores económicos en la América rural. Y esto ha tenido impactos indirectos significativos a nivel regional fuera de las propias reservas. Para darte una idea esto, inmediatamente antes de que la pandemia, las comunidades indígenas contribuían con 127 mil millones de dólares al PIB de los Estados Unidos, lo que representaba 1.1 millones de empleos. De estas 1,1 millones de personas empleadas, 915,000 no son nativos. Esto da una idea del increíble impacto regional de la crisis generada por el COVID-19 no solo en las reservas (territorios autónomos dependientes del gobierno federal) y en las tierras tribales, sino en toda la región.
¿Puede identificar algún patrón sobre cómo han respondido los pueblos nativos al COVID?
Estamos en el proceso de hacer una investigación específica sobre eso. Pero un patrón claro que se observa es que aquellos pueblos nativos donde había sistemas de gobernanza y una infraestructura económica desarrollada, el impacto ha sido mejor amortizado mejor. Las tribus nativas que han sido capaces de manejar la crisis han implementado varios de sus planes de emergencia, ordenanzas de salud pública, han invertidos en preparación. Por ejemplo, una de las tribus a las cuales premiamos en el Honoring Nations Program hace unos años por sus programas agrícolas, la tribu Quapaw Tribe de Oklahoma, gracias a que durante muchos años han invertido en sus sistemas agrícolas y alimentarios no han tenido en ningún momento escasez de alimentos.
Pero aquí el tema es complejo, y es el reto que tenemos relacionado con el acceso a datos reales. Si no tenemos acceso a los datos, no podemos identificar dónde están los casos. Por ejemplo, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (Center for Desease Control) no están dando datos a las tribus nativas cuando sí se los están dando a los estados. Esto es un problema no solamente para la tribus, sino para toda la ciudadanía que se beneficia potencialmente de las respuestas de las tribus en la gestión de la pandemia (como por ejemplo, hacer test a todo el personal de las empresas comerciales de las reservas).
¿Cuál es el papel que el Proyecto Harvard está desempeñando ahora en el contexto de COVID-19?
Aquí tenemos un doble papel, en la investigación y también en facilitar el trabajo que están haciendo las personas que líderan y profesionales en el terreno.
Con respecto a la investigación, nuestro trabajo en el Programa de Harvard se ha centrado en documentar y proporcionar recomendaciones al gobierno federal. El Congreso aprobó a fines de marzo lo que se conoce como la Ley CARES (Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica Coronavirus), que prevé un paquete de distribución de $150.000 millones a los estados, ciudades y naciones tribales para hacer frente al impacto del coronavirus en sus comunidades. De esos 150.000 millones las naciones tribales recibieron 8.000 millones. Pero el Departamento del Tesoro no ha hecho una buena distribución de estos fondos entre las naciones. Como respuesta a esto hemos elaborado y distribuido una serie de policy briefs (informes con orientaciones políticas). El Policy Brief Nr. 1 fue dirigido al Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin, y se centró en la asignación de los fondos de respuesta COVID-19 a las naciones indias americanas. El mensaje de este informe era llamar la atención sobre el impacto regional del COVID y sobre la importancia de que estos fondos apoyen la autodeterminación de las tribus para que éstas puedan usar esos fondos de la mejor manera, para servir a su ciudadanía y sus comunidades, y más allá. El Policy Brief 2 se centró en hacer explícito y explicar lo que el Tesoro hizo mal en su primera distribución y asignación de $4.8 billones, que fue mucho. Y en el Policy Brief Nr. 3 hemos hecho una propuesta de una fórmula justa y factible para la asignación de fondos de ayuda de la Ley CARES COVID-19 a los gobiernos de las tribus nativas.
En breve saldrán otros informes de este tipo centrados en temas de infraestructura tales como el desarrollo de sistemas alimentarios, el desarrollo del sistema de agua, el fortalecimiento de la atención médica y similares.
Por otro lado, en relación al trabajo que estamos haciendo para facilitar la tarea de las personas que lideran y profesionales en el terreno, hemos creado lo que se llama “Conjunto de herramientas de recursos COVID-19 para las tribus nativas” (“Toolbox”). Este es un conjunto de herramientas que incluye recursos multimedia para líderes y profesionales tribales en una serie de áreas: reforma constitucional, sistemas de justicia, empresas comerciales y una específicamente sobre el coronavirus. Estamos tratando de crear un foro donde podamos compartir lo que otras naciones tribales están haciendo en diferentes ámbitos, desde diferentes órdenes de permanencia en el hogar, hasta enfoques para administrar el plan de estudios educativo u otros temas. La idea es poder explicar y poner a debate cuáles han son los éxitos y cuáles son los desafíos en el terreno.
¿Cómo se está observando el liderazgo de las mujeres de las comunidades nativas en la crisis?
Estamos observando que tanto los hombres como las mujeres de las comunidades nativas están apareciendo a lo largo y a lo ancho del país respondiendo a la crisis generada por el COVID-19. Algunas de éstas personas lo están haciendo a través de sistemas formal, por ejemplo de instituciones gubernamentales de las naciones. Pero también estamos observando que muchas de estas personas están articulando esfuerzos desde la base. Te cuento algún ejemplo de mujeres que ilustra esto… Ethel Branch es estudiante de la Kennedy School y de la Facultad de Derecho aquí en Harvard, y es nativa de la nación Navajo en Arizona. Cuando el coronavirus estalló aquí y el estudiantado fue enviado a sus casas, Ethel fue a la tienda de comestibles cerca de su casa para comprar suministros para su familia. Allí vio lo difícil que era conseguirlos ella misma! Entonces empezó a pensar en cuánto más difícil sería acceder a estos recursos si eres una persona mayor. Así que decidió crear la página de GoFundMe, “Navajo & Hopi families COVID-19 relief”. Su objetivo inicial era recaudar un poco de dinero para poder facilitar la compra de suministros y distribuirlos entre la comunidad. Hasta la fecha, esta iniciativa ha recaudado más de $ 5 millones. Están siendo apoyados por personas de todo el mundo. Lo que resulta interesante es que tienen más de 20,000 donantes de Irlanda. ¿Por qué? Pues resulta que la relación entre Irlanda y el pueblo Navajo se remonta a cuando estaba ocurriendo la Gran Hambruna en Irlanda, en 1847. El pueblo navajo envió a Irlanda $ 170 ($ 5,000 en dólares de hoy) para socorrer a quienes morían de hambre. Así que ahora en una muestra de solidaridad y ayuda, muchas personas irlandesas están ayudando a las personas Navajas.
Otra iniciativa es la dirigida por Rochelle Diver en Minneapolis, este es el “Consejo Internacional de Tratados Indios“. Esta iniciativa está obteniendo equipos de protección personal para distribuir a la comunidad india urbana allí, particularmente para la población sin hogar. Otra mujer de la Nación Oglala Lakota, Lynette Two Bulls, ha comenzado una serie de narración de historias de la comunidad y cómo se está dando respuesta al COVID-19, sobre todo con la finalidad de contar y compartir la historia de resiliencia del pueblo Oglala, y para conectarse con las personas mayores. Como parte de este programa, llamado “Yellow Bird Life Ways“, también está entregando semillas y enseñando a la gente a cultivar su propio huerto.
Así que ya ves, ¡las mujeres están dando un paso adelante y liderando una vez más estas situaciones de crisis! Creo que es inspirador y nos ofrece muchas esperanzas como personas nativas, como humanos, y también como parte de comunidades más grandes.
¿El programa de Harvard está colaborando o brindando apoyo a otras comunidades indígenas más allá de los Estados Unidos?
Sí, de hecho, a principios de esta semana hice una presentación (online) en Australia en el Instituto de Gobernanza Indígena de Australia. Compartía mesa con una mujer maorí de Nueva Zelanda. En este debate compartimos estrategias que están desarrollando aquí los pueblos nativos, con lo que se está haciendo en las comunidades Maori en Nueva Zelanda y también en las comunidades aborígenes australianas. Lo que es fascinante y para nada sorprendente es que todas nuestras comunidades están delante de retos que son similares, y mostrando tendencias también similares. Creo que compartir este tipo información nos está dando mucha fuerza. A modo de ejemplo, sabemos que uno de los impactos derivados del COVID-19 y observado en muchos países es el aumento de personas que están solicitando tratamientos de rehabilitación por consumo de drogas, sobre todo a raíz del confinamiento. Y en relación a esto, la Thunderbird Partnership Foundation, una organización situada en Ontario, Canadá, especializada en programas de prevención de abusos y tratamiento han aumentado sus servicios y programas de capacitación en línea, y lo hacen utilizando metodologías indígenas. Es realmente increíble la forma en que han podido pivotar y responder. Y esto es algo que es realmente transferible a varias de nuestras comunidades aquí en Estados Unidos
¿En qué medida cree que este tipo de iniciativas y proyectos que han surgido en las comunidades serán sostenibles en el tiempo y también capitalizarán en la creación ‘infraestructuras’ políticas a nivel institucional?
Yo espero que sí. Es interesante porque en los Estados Unidos los pueblos nativos son reconocidos como naciones soberanas. Pero no debemos olvidar que en este país (Estados Unidos) hay un problema fundamental relacionado con la educación cívica y la escasa comprensión de lo que es y lo que implica la “soberanía”. La población estadounidense en general no acaba de comprender el estado soberano de los pueblos nativos, es decir, el hecho de las naciones tribales como entidades soberanas con poderes de autodeterminación y relaciones intergubernamentales propias. Y esto se refleja es múltiples cuestiones, por ejemplo, a la hora de facilitar la colaboración entre las tribus y los estados, lo que comentaba antes en relación de compartir información, facilitar y compartir estrategias con los estados, etc. Los pueblos nativos están creando sus propios códigos y ordenanzas en materia de salud, de gestión de emergencias, de justicia, y esto fortalece y al mismo tiempo crea sistemas de gobernanza que van en línea con las especificas culturales de cada pueblo, esto es muy importante. Ahora el reto está en que esto sea sostenible. En los pueblos nativos ahora mismo muchas de las conversaciones se centran en cómo hacer para prepararnos mejor delante de posibles crisis futuras, desde desarrollar sistemas propios de alimentos, reserva de equipos de protección para el personal sanitario, entre otros. Y esto se está haciendo en paralelo al desarrollo, revisión y fortalecimiento de códigos y ordenanzas en diferentes niveles. Tenemos que estar preparados para el futuro, y en realidad, si hay algo que ya sabemos es que somos resistentes, hemos enfrentado múltiples crisis y hemos sobrevivido. ¡Y todavía estamos prosperando …!
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