Los medios de comunicación juegan un papel clave en la erradicación y prevención de la violencia de género, incluida la trata de seres humanos con fines de explotación. Existen muchas evidencias de las consecuencias negativas que tiene la transmisión de noticias cuyos contenidos revictimicen o reproduzcan mitos sobre la violencia contra las mujeres y pueden llevar a una desensibilización o normalización de la violencia. Recientemente ha comenzado a estudiarse cómo los medios de comunicación configuran y perpetúan estereotipos sobre la trata de seres humanos y dan lugar a percepciones erróneas que son transmitidas a la sociedad.
El estudio, Advocates’ Experiences With Media and the Impact of Media on Human Trafficking Advocacy, recoge las reflexiones sobre esta transmisión errónea a partir de las aportaciones de quince profesionales de organizaciones comunitarias que atienden a supervivientes de trata, así como las estrategias que utilizan para contrarrestarlas.
Frecuentemente los medios de comunicación cuentan una única parte de la historia olvidando la profundidad y complejidad de las trayectorias de vida de las víctimas. Además, suelen seleccionar la parte de la historia más sensacionalista y que mayor impacto emocional puede provocar en la audiencia y no necesariamente compartir la información más relevante que pudiera ayudar a la prevención de la trata. Las profesionales también denuncian que suele presentarse a las víctimas de trata como víctimas y no como supervivientes. Muchas veces representan a las víctimas con imágenes asociadas a la esclavitud, mostrando debilidad e indefensión, algo que genera frustración entre las supervivientes ya que sienten que estas imágenes se centran más en transmitir lástima que dignidad.
Asimismo, los medios suelen destacar más los casos de explotación sexual que otros tipos de trata de seres humanos como los matrimonios forzados o la explotación laboral. Suelen dar mayor importancia a los casos de mujeres que a víctimas LGTBQ, e inciden más en los casos de víctimas internacionales que en los de trata “doméstica”. Esto supone un problema importante ya que dificulta la labor de advertir del problema comunitario que supone la trata, negando que también es una realidad local. Algunos medios alimentan un relato vinculando la trata a un fenómeno transfronterizo y a un problema de mujeres pobres procedentes de países en vías de desarrollo. Por último, las profesionales denuncian que algunos medios glorifican la imagen y cultura de los proxenetas, lo que lleva a una mayor aceptación social de la violencia.
Para contrarrestar la información errónea que transmiten algunos medios de comunicación, las profesionales recomiendan que los medios de comunicación y los artículos incorporen las voces de las supervivientes para contar su historia. Las profesionales usan vías de comunicación alternativas como las redes sociales para contrarrestar los estereotipos creados, aportando mensajes mediáticos más precisos y contrastados. Asimismo, cuidan mucho las imágenes que comparten, siempre pensando en transmitir mensajes de esperanza y en retratar la agencia y valentía de las supervivientes de trata para poder inspirar a otras.
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