La crisis sanitaria producida por el COVID-19 ha afectado a múltiples esferas de la vida. A nivel más concreto, las personas mayores han sido, por lo general, las más perjudicadas y las residencias de personas mayores han quedado al descubierto por la escasez de recursos.
Este artículo, COVID-19 and care homes and nursing homes crisis in Spain: ageism and scarcity of resources, publicado en la revista Research on Ageing and Social Policy, evidencia la realidad de las residencias de personas mayores, que sufrieron la crisis del estado de bienestar del 2008, lo cual se ha reflejado al hacer frente a una crisis de salud como la que plantea la pandemia actual que, a su vez, no ha garantizado los derechos y el bienestar de las personas mayores.
El artículo define el concepto “edadista” para referirse a la discriminación por edad, enfatizando que es una realidad que nos afecta a todas las personas a medida que envejecemos. Algunas de estas prácticas, en este caso, son la falta de comunicación y de tiempo dedicado a las personas en las residencias de mayores, el aislamiento y la exclusión social, la falta de actividad y de relaciones con la comunidad, etc. En esta línea, la autora pretende invitar a la reflexión sobre prácticas “edadistas” en salud y propone un debate sobre la desinstitucionalización y el envejecimiento en el hogar.
Algunas de las prácticas efectivas consisten en intentar preservar el ‘sentimiento de hogar’ (como decorar las habitaciones con objetos personales), a la vez que se intenta recuperar la propia biografía y construir un sentimiento de pertenencia al lugar.
Con este artículo la autora pretende poner de manifiesto la precariedad del sistema residencial de mayores en España, evidenciado por la crisis sanitaria del COVID-19, y analizar el fracaso de la atención integral en las residencias y las medidas legislativas urgentes que se han tomado para hacer frente al alto porcentaje de fallecimientos de personas mayores en estos centros. En este contexto es, si cabe, todavía más necesaria la propuesta de una ley para proteger los derechos de las personas mayores como ya existe para la protección de los derechos de la infancia. Todo ello dignificando la vejez, como etapa de la vida común a todas las personas.
