El conocimiento en Ciencias Sociales, clave para implementar de forma eficaz las medidas para combatir el COVID19

El conocimiento científico aportado desde la epidemiología y la salud pública es de extremada relevancia para gestionar con éxito la crisis global que está suponiendo el COVID-19. Asimismo, las Ciencias Sociales tienen también mucho que aportar, no sólo en contribuir a entender mejor los condicionantes del comportamiento humano, sino también en facilitar cómo lidiar con la carga psicológica que suponen crisis como la actual, y las medidas drásticas que deben ser adoptadas.

Un grupo de 42 investigadores e investigadoras de diferentes disciplinas de ciencias sociales y de diferentes países han revisado y discutido contribuciones que son de máxima relevancia para ayudar a la implementación efectiva de las recomendaciones epidemiológicas. Los resultados de esta investigación han sido publicados recientemente en la revista Nature Human Behaviours, Using social and behavioural science to Support COVID-19 pandemic response.

El grupo liderado por Jay J. Van Babel han revisado una selección de temas de relevancia para la gestión de las pandemias, entre ellos, el conocimiento acerca de cómo navegar las amenazas, las influencias sociales y culturales en el comportamiento, la comunicación científica, la toma de decisiones morales, el rol del liderazgo, o el estrés. En concreto, los y las remarcan los siguientes temas:

  • La relevancia de fomentar un sentido de identidad o propósito compartido dirigiéndose al público en términos colectivos e instando a «la humanidad» a actuar por el bien común.
  • Identificar fuentes creíbles y reconocidas para diferentes audiencias (por ejemplo, liderazgos religiosos o comunitarios) a la hora de compartir mensajes de salud pública.
  • Tanto quienes lideran como medios de comunicación pueden promover el comportamiento cooperativo enfatizando que la cooperación es fundamental para solucionar esta crisis, explicando también cómo otras personas ya lo están haciendo.
  • Las normas de comportamiento prosocial son más efectivas cuando se combinan con la expectativa de aprobación social y se modelan por miembros del grupo que son centrales en las redes sociales.
  • Quienes lideran y los medios de comunicación deben destacar el apoyo multipartidista a las medidas relacionadas con COVID. Cuando esto ha sucedido en otros contextos, se ha reducido la polarización, lo cual ha llevado a un razonamiento menos sesgado.
  • Es necesario aportar información sobre salud pública específicamente dirigida a aquellas comunidades más marginadas, así como también promover un mayor partenariado entre las autoridades de salud pública y las propias organizaciones/asociaciones internas a estas comunidades.
  • La aprobación del grupo sobre normas específicas tiende a ser mayor cuando dichas normas se transmiten a través de mensajes que enfatizan los beneficios para quien lo recibe, se enfocan en proteger a las demás personas, se alinean con los valores morales de quien los recibe, apelan al consenso social o las normas científicas y/o resaltan la perspectiva de lo social.
  • Promover una mayor consciencia entre la ciudadanía sobre el beneficio que se tiene por el hecho de que otras personas accedan a medidas preventivas puede ser clave en reducir el número de infecciones.
  • La desinformación y las “fakes news” en estas crisis supone también una amenaza pública. De aquí la necesidad de preparar a las personas para saber detectar la información errónea, asegurar el acceso a información precisa y a argumentos contra la información falsa.
  • El uso del término «distanciamiento social» podría implicar que la persona necesita cortar todas sus interacciones significativas. Es por ello que es preferible el término «distanciamiento físico», ya que sugiere la idea de conexión social incluso cuando las personas están físicamente separadas.

Con todo, estos son solamente una selección de temas relevantes. Concluyen los y las autoras que otros trabajos relevantes son aquellos sobre las reticencias psicológicas, las emociones colectivas y las redes sociales, y el impacto de la privación económica y el desempleo.