Desde hace cierto tiempo la ciudadanía está inmersa en una verdadera transformación que viene de la mano de poder escuchar en directo, en nuestras televisiones, a científicos y científicas hablando sobre qué decisiones deberíamos tomar, según evidencias científicas. Como nunca, los científicos y científicas parece que salgamos de nuestros laboratorios, levantemos la vista de nuestros ordenadores y libros y nos dirijamos a la ciudadanía dejando nuestro vocabulario técnico de lado, siendo más humanos y humanas. Nada más lejos de la realidad: siempre hemos estado, analizando, observando, divulgando, pero no se nos ha tomado en cuenta (de verdad y públicamente) como hasta ahora.
En el artículo Effective strategies that enhance the social impact of social sciences and humanities research [Estrategias efectivas que mejoran el impacto social de la investigación en ciencias sociales y humanidades], la colaboración entre investigadores e investigadoras de España, Irlanda, Italia, Reino Unido y Estados Unidos ha llevado a estudiar la transformación científica de los últimos años, concretamente cómo los gobiernos y la sociedad piden que las ciencias tengan un impacto social relevante, lo que implica que se demuestre cómo los resultados científicos llevan a mejoras para toda la ciudadanía.
Con este fin, el equipo investigador ha observado diferentes estrategias que promueven el impacto social en el campo de las ciencias sociales y humanidades. Según las conclusiones sacadas, para contestar a la demanda de los gobiernos y la ciudadanía para lograr esa mejora, los científicos y científicas deben 1) llevar a cabo proyectos e investigaciones claramente enfocadas a obtener dicho impacto (articulando desde el inicio de un proyecto el objetivo de darse cuenta del impacto social y una estrategia para hacerlo); 2) implicar a todos los agentes, desde los decisores y financiadores hasta la ciudadanía (participación significativa de los interesados en toda la vida útil del proyecto); 3. coordinarse con todas las partes interesadas, coordinación entre la actividad de investigación y la actividad de los interesados durante la duración de los proyectos); 4) llevar a cabo investigaciones multidisciplinarias (uso de redes de contactos anteriores para construir colaboraciones); y 5) difundir los resultados con evidencias de mejora para que cualquier persona pueda conocerlo y debatirlo (actividades de difusión que muestren evidencia útil y promoviendo el debate público).
Siguiendo estas estrategias se lograría, además de un impacto social directo (mejora en la sociedad), que haya también un impacto político (toma de decisiones a nivel político basado en evidencias científicas) que promueva más impacto social en el futuro.
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