Para muchas mujeres, niñas y niños, el hogar no es un lugar seguro. Desde el GREVIO (organismo responsable de supervisar el Convenio de Estambul), su presidenta, Marceline Naudi, ha hecho un llamamiento a todas las partes implicadas sobre la necesidad de alzar los estándares de la Convención de Estambul en tiempos de pandemia.
Especialmente se hace incidencia en hacer todo lo posible por mantener los servicios y repensar nuevas formas de proteger a las mujeres y a la infancia más vulnerable a la violencia. Es un esfuerzo que implica a cuantas más personas mejor. ‘Nunca había sido mayor la necesidad de garantizar que los servicios de apoyo estén disponibles y que las mujeres y las niñas estén informadas sobre dónde encontrar ayuda’, afirmaba.
Marcelini Naudi apela a todas las personas, responsables de las diversas administraciones, asociaciones de mujeres y otras instituciones, para ponerse a pensar juntas soluciones innovadoras y eficaces para no cesar en el intento de abrir vías de protección en situación de confinamiento. Ante una situación cuya duración y consecuencias futuras desconocemos, podemos separarnos físicamente, pero no pararnos. La solidaridad que esta pandemia está creando en nuestras sociedades puede extenderse también a las mujeres y niñas que son víctimas de violencia, y que ahora pueden sentirse aún más atrapados con sus abusadores, afirmaba Marcelini Naudi.
En esta línea WAVE –Women against violence in Europe (red feminista europea centrada en la eliminación de la violencia a la mujer y la infancia)- ha creado un espacio de recursos web para mujeres y asociaciones de mujeres mientras perdure el aislamiento a causa del COVID19. Este espacio web se actualiza periódicamente con la intención de ir incorporando nuevas iniciativas efectivas en periodos de pandemia.
Entre las medidas de rápida aplicación y que ya se están extendiendo para sensibilizar a las sociedades, es fundamental contar con el apoyo de todas las personas. Todas nosotras somos posibles voces que pueden abrir oportunidades para estas mujeres, niñas y niños. Si conocemos personas en posible riesgo, aumentemos nuestra atención hacia ellas, cuidemos formas de comunicación no presencial, ideemos formas de comunicación que nos permitan saber si están en peligro, que sepan que cuentan con personas que quieren protegerlas.
Estudiemos, dialoguemos, abramos webinars, etc. y sigamos confiando en las posibilidades que como humanidad tenemos de crear nuevas realidades sociales que nos permitan superar la violencia de género en cualquiera de sus dimensiones y circunstancias.
