El juicio de Harvey Weinstein que se celebra en un tribunal de Nueva York pone a debate a nivel internacional el consentimiento ante una relación sexual no deseada. Algunos de los testigos de las presuntas víctimas declaran ante el tribunal las presuntas agresiones sexuales que sufrieron por parte de Weinstein y su incapacidad de reaccionar ante tales hechos. Muchas de ellas declaran no haber hecho nada o casi nada, quedarse paralizadas, sin actuar, según publica Sonia Sodha en The Guardian.
Actualmente, los avances científicos en el campo de la neurobiología sobre el trauma evidencian la parálisis del cuerpo ante una situación de peligro, la inmovilidad física, como mecanismo de autoprotección. La investigación sugiere que hasta el 50% de los sobrevivientes la experimentan durante la agresión sexual. Además, los opiáceos naturales inhiben a los sobrevivientes de codificar en su memoria lo que sucedió, lo que facilita que los equipos de defensa legal cuestionen su confiabilidad como testigos.
Es por eso que se pone en cuestionamiento y se revictimiza hoy a las presuntas víctimas de Weinstein y de tantos otros casos de agresión sexual, ante la pregunta “¿por qué no escapó?” Este debate pone en el entredicho el consentimiento, que se da si alguien acepta por elección y tiene la libertad y la capacidad de tomar esa decisión. El consentimiento no se puede dar cuando alguien está asustado o amenazado, borracho o dormido, a pesar de que a nivel social y jurisdiccional muchos y muchas no consideran una violación el hecho de no expresar el consentimiento. La brillante campaña de Escocia, #justfroze, tiene como objetivo educar sobre que una mujer no necesita resistir físicamente para que sea una violación.
El Diario Feminista ha analizado ampliamente las contribuciones sobre el debate del consentimiento destacando las aportaciones de Ainhoa Flecha que afirmaba: “no parece que la clave sea si hay un sí explícito o no, porque el deseo se puede expresar también de otros modos, y porque un sí puede darse sin haber deseo, por ejemplo, si existen presiones para que lo haya”. Estas aportaciones junto al debate social, contribuyen en gran medida a la superación de la revictimización y el cuestionamiento de las víctimas, así como a la prevención ante cualquier tipo de forcejeo.
Coordinadora del Metoo University
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