Un equipo de investigadores canadienses y alemanes ha publicado el pasado mes de mayo en la revista The Lancet los resultados de su investigación “Global alcohol exposure between 1990 and 2017 and forecasts until 2030: a modelling study” (Exposición global al alcohol entre 1990 y 2017 y pronósticos hasta 2030: un estudio de modelado). La relevancia del tema y los resultados de la investigación revelan información valiosa no solamente para la población en general, sino también para los responsables de la salud pública, acerca de cómo prevenir el consumo excesivo de alcohol y poder cumplir con los objetivos globales establecidos por la OMS sobre enfermedades no transmisibles.
Los autores presentan en esta investigación estimaciones sobre los principales indicadores de exposición al alcohol para 189 países desde 1990 hasta 2017, realizando pronósticos hasta el año 2030. La metodología utilizada fue la siguiente. El consumo per cápita de alcohol en adultos (el consumo en litros [L] de alcohol puro por adulto [≥15 años]) en un año determinado se basó en datos validados por el país hasta 2016. Utilizando datos de encuestas de 149 países, la prevalencia de la abstinencia de por vida y el consumo actual se obtuvo de las regresiones de Dirichlet. La prevalencia de episodios de consumo excesivo de alcohol (definido como beber al menos 60 gramos o más de alcohol puro en al menos una ocasión en los últimos 30 días) se estimó con regresiones de respuesta fraccionaria utilizando datos de encuestas de 118 países.
Los resultados muestran que entre 1990 y 2017 el consumo de alcohol global per cápita de adultos aumentó de 5,9 L a 6,5 L, y se pronostica que alcanzará 7,6 L para 2030. A nivel mundial, la prevalencia de la abstinencia de por vida disminuyó del 46% en 1990 al 43% en 2017, aunque explican que esta no fue una reducción significativa. Además, la prevalencia del consumo actual de alcohol aumentó del 45% en 1990 al 47% en 2017. Manthey y sus colegas estiman que ambas tendencias continuarán: pronostican una disminución de la abstinencia al 40% para 2030 y un aumento de la proporción de bebedores actuales. En 2017, el 20% de los adultos eran bebedores episódicos graves (en comparación con 1990 cuando se estimó en 18.5%), y se espera que esta prevalencia aumente al 23% en 2030.
Con todo, según los datos obtenidos en esta investigación es poco probable que se logren los objetivos mundiales para reducir el consumo nocivo de alcohol para el año 2030. Sugieren los autores que urge implementar medidas y políticas eficaces a la vez que rentables para reducir la exposición al alcohol.
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