Con el lema “0 Violencia en 90 Minutos” el Área de Deporte del Ayuntamiento de Málaga impulsa la creación de la Plataforma 090, un programa multidisciplinar pionero en España contra la violencia en el fútbol base para niños y niñas, que pretende hacer de la práctica del fútbol un elemento educativo e integrador, donde se realcen los valores más importantes del deporte a través de la participación y concienciación de todos los agentes, instituciones y organismos relacionados con el fútbol base. Esta iniciativa municipal se asienta en cinco pilares fundamentales: análisis, difusión, formación, trabajo de campo y legislación. Entre las acciones que están realizando se destaca un centro de atención telefónica, un curso de formación de “embajadores 090”, un encuentro de clubes, torneos, acuerdos de colaboración con diferentes entidades y orientación sobre abusos sexuales infantiles. En cada partido hay un familiar que se encarga de que haya una relación cordial entre los dos equipos. También se ha celebrado un concurso para que cada equipo encuentre su lema y cuando juegan salen al campo con una pancarta que lleva ese lema.
“¡Árbitro, estás ciego!”, “No das un solo pase bien”, “Tu entrenador no tiene ni idea”, “Jugando así no vas a llegar nunca a nada”, “Hoy no me podéis fallar”, “Eres un paquete”… Insultos, gritos, silbidos; descalificaciones, desprecio, exigencias por parte de familiares, entrenadores y entre los propios niños y niñas que juegan al fútbol en el patio del colegio, en actividades extraescolares, o en los clubes, hacen sentir vergüenza, miedo, presión, e impiden disfrutar y aprender a quienes desean participar de este deporte con ilusión y alegría, animando a los y las jugadoras, desarrollando valores como la cooperación y sentimientos como la amistad.
Según datos proporcionados por la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, el 90% de los altercados del deporte no profesional en España está relacionado con el fútbol. Esto provoca un rechazo por una parte de la sociedad hacia el fútbol. Todavía hay escuelas en las que se debate sobre su prohibición en los recreos o su eliminación de la oferta de actividades extraescolares. Incluso se plantean alternativas que pretenden invertir los estereotipos sexistas poniendo a las niñas a jugar al fútbol y a los niños en actividades relajadas. Pero ¿logra esto un efecto positivo para acabar con la violencia?
En este diario ya se planteaba un debate en el que se apuntaba que mejor que decir a los niños y niñas a qué tienen o no que jugar, sería dedicar diálogos a profundizar sobre la libertad de elección, la importancia de las amistades verdaderas y la valentía de las personas que siempre te tratan bien. En los patios escolares cada vez se oyen más voces que denuncian las injusticias cuando en lugar de prohibir, se acompaña y protege a los chicos y las chicas para que aprendan a organizar sus juegos de una manera más solidaria, segura e igualitaria. Los modelos educativos feministas no buscan decirles a las familias y a los niños y las niñas a qué jugar o no, sino abrir procesos de diálogo, formación y transformación para erradicar la violencia y muy especialmente la violencia de género de todos los patios, de las propuestas de juego y actividades dirigidas a la infancia y juventud. Crear un contexto diverso, donde todas las personas tienen cabida, donde se promueven relaciones de buen trato que integran las voces de las comunidades educativas y sus grupos culturales.
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