Promover la libertad y en concreto la libertad sexual de las mujeres aún va unido con frecuencia con fomentar las relaciones de ligue con una idea de “da igual con quién te enrolles”. Un planteamiento que, lejos de promover la libertad sexual, promueve más violencia de género, porque “ir de ligue” no es ningún problema, pero el “da igual con quién” sí que es la clave de la violencia de género; si esa persona es o no violenta, si esa persona te trata o no te trata bien.  Les suena a “carca” a algunas personas hablar de “si te tratan bien o mal” , porque total “qué más da si es para un rato”. De esta forma se instaura el desprecio, el uso instrumental de las personas, el uso del cuerpo como un objeto de desecho en las relaciones como algo habitual y, encima, disfrazado de libertad sexual. 

Las mismas personas que banalizan lo antes descrito o que consideran “moralista” el párrafo anterior de este artículo, luego quedan atónitas ante la reciente noticia que nos llega desde RusiaDos personas caen de un piso mientras mantienen relaciones sexuales, ella muere al instante, él apenas tiene heridas leves, se levanta, deja a la mujer muerta en la calle y regresa a la fiesta en la que estaban. No hay ejemplo más ilustrativo del desprecio y del uso instrumental de otra persona. Parece propio de un guión escrito por una mente retorcida, sin embargo es un hecho real; es un ejemplo gráfico y cruel de una dinámica de la sociedad actual, el “usar y tirar” aplicado a las personas, la desvalorización de la persona, la confusión de algunas personas entre “deseo” y “desprecio”. Mientras algunas  socorrerían hasta a su propio enemigo si estuviera en peligro de muerte, otras desechan y desprecian a una persona en el momento que ya no pueden seguir utilizando su cuerpo, también mientras lo están utilizando. Si es evidente que en la sociedad actual podemos encontrar dinámicas tan diferentes en diferentes personas.. ¿cómo nos atrevemos a promover en las niñas y adolescentes “sé una mujer libre, enróllate con alguien, da igual con quién”?

En un instituto de secundaria, realizando un taller de prevención de violencia de género, una adolescente explicaba que no había violencia de género en las relaciones de ligue, que ella iba de ligue y eso no lo había visto nunca. Después hablamos del desprecio que algunas personas ejercían sobre la chica con la que se habían enrollado, el rechazo que tenían hacia ellas, cómo hablaban incluso con “asco” a sus amigos sobre la relación que habían tenido. Entonces la misma chica dijo: “El desprecio, eso sí que lo hay, ¡claro! Que nos desprecien nos pasa cada fin de semana. Pero, ¿tiene eso algo que ver con la violencia de género?”.

Las investigaciones muestran la existencia de esta violencia de género en los ligues y se quedan cortas comparadas con la triste y cruel noticia que nos ha llegado. Después de la, como mínimo, sorpresa que nos produce la noticia, la vida sigue.. Llega el verano, las vacaciones, y volvemos a escuchar o a decir.. “es verano, estamos de fiesta, enróllate con alguien, da igual con quién”.

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