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El estudio “Foreign-Body Ingestions of Young Children Treated in US Emergency Departments: 1995–2015” (Ingestiones de cuerpos extraños en niños pequeños tratados en los departamentos de emergencia de EE.UU.: 1995–2015) ha informado que casi se han duplicado entre 1995 y 2015 los casos de la ingesta de monedas, juguetes y otros objetos pequeños en ese país, un percance que puede tener graves consecuencias o, en las peores ocasiones, la muerte.

El equipo de investigación, que publicó el artículo este pasado 12 de abril en la prestigiosa revista “Pediatrics” ha utilizado los datos producidos por el Sistema Nacional de Vigilancia de Lesiones Electrónicas, que recaba información de cien centros hospitalarios estadounidenses. Posteriormente, para hacer las estimaciones, recogieron datos del censo a nivel nacional.

Los objetos tragados más frecuentemente fueron las monedas con un 62%, después les siguen por orden los juguetes, las joyas y las baterías pequeñas que se utilizan en relojes y juguetes electricos, unos objetos que dañan e incluso, como informan las y los investigadores, pueden perforar las paredes del esófago.

La causa principal, según la investigación, es que estos objetos se usan muy frecuentemente y, al ser brillantes y atractivos, pueden llamar la atención de los y las pequeñas.

Esta investigación nos muestra una situación que se puede prevenir, especialmente por parte de las personas que cuidan menores. La American Association of Pediatrics propone una lista de objetos para que estén fuera del alcance de los y las niñas como son las monedas y los los botones; juguetes con piezas pequeñas; juguetes pequeños; pelotas pequeñas y canicas; globos; lazos o cintas del cabello, horquillas y pasadores; tapones de bolígrafos o subrayadores; baterías pequeñas o pilas; imanes y pienso de animales domésticos.

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