El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, comparte la cautivadora experiencia de una panadería emprendida y administrada por un grupo de 10 amigas de la comunidad Yazidi, desplazadas por el Estado Islámico de Iraq y el Levante . Su negocio, que ahora se ubica cerca de la ciudad de Dohuk, lleva por nombre “Dost” que en kurdo significa “Amigo” aludiendo al sentimiento que hay entre ellas.
El PNUD les otorgó capacitación y apoyo inicial y, hoy en día, su empresa es una fuente de empleo y beneficios para más de 126 familias. Este éxito no sólo ha representado una forma de inclusión económica y laboral, sino también, una manera de sobrellevar la lejanía a sus hogares y la añoranza en volver, siendo que reconocer que las características del conflicto allá, les podrían costar la vida.
En 2014, la mayor parte de la comunidad Yazidi sufrió ataques en la ciudad de Sinjar, al norte de Iraq, lo que les forzó a huir por salvar sus vidas y refugiarse en campamentos o asentamientos informales en la ciudad de Dohuk. Programas como el PNUD, permitieron proporcionar oportunidades de empleo y trabajo, contribuyendo a recuperar el sentido de dignidad perdido a causa de la guerra.
Sin duda, esta experiencia es agridulce dado el contexto en el que se desarrolla, sin embargo, es un fiel testimonio de cómo, desde la solidaridad, se pueden superar dificultades.
Colaboradora de México
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