Las fiestas y las Navidades son momentos que facilitan una posible mala gestión de los alimentos, que a menudo se traduce en comidas y cenas copiosas, abundancia de dulces, excesos calóricos y alimentos poco nutritivos. Pasadas estas fechas llega el momento de pensar en volver a la rutina y dedicar más atención a nuestra alimentación.
Desde que se empezó a poner acento en la salud a través de la comida que ingerimos y la nutrición, los productos que tenemos en los mercados han ido variando con los años, igual que lo han hecho sus precios que no siempre se rigen por el principio calidad-precio. Artículos y libros de nutrición subrayaban la importancia de una dieta variada (comer de todo) para aumentar la cantidad de alimentos diversos que ingeríamos. Pero en las sociedades actuales en los países desarrollados, eso implica que consumamos alimentos procesados y densidad energética o ultraprocesados, que provocan adicción (que, aunque tengamos el estómago lleno, los sigamos comiendo).
Esta última idea, la dificultad de parar de comer, se detalla en el artículo Variety and hyperpalatability: are they promoting addictive overeating? [Variedad e hiperpalatabilidad: ¿están promoviendo la sobrealimentación adictiva?] publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition, en el que la Dra. Nicole Avena incide en que “comer de todo” tampoco es sano cuando la variedad se llega a entender como una justificación para incluir en nuestra alimentación productos poco saludables. En otro estudio reciente se analiza la ingesta de alimentos ultraprocesados de 1990 hasta 2010 a nivel español, detectándose que en 2010 este tipo de alimentos representó el 31.7% de la adquisición diaria de energía y el 80.4% de todos los azúcares agregados.
En conclusión, debemos ser conscientes de que, a más diversidad de alimentos, es posible que se consuman productos poco sanos y que se reduzca la ingesta de alimentos frescos. Datos de estudios realizados hasta la fecha no demuestran que más variedad implique mejor alimentación, pero sí nos proporcionan información para centrarnos en alimentos que nos aporten los nutrientes suficientes para un desarrollo correcto. Para ello, el plato saludable de Harvard o alimentos ricos en fibra, entre otras medidas, junto a una visita al personal médico especializado y evidencias científicas podrían guiarnos hacia una buena salud.
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