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El pasado mes de julio el medio Kotaku publicaba un reportaje sobre la compañía desarrolladora del videojuego League Of Legends, Riot Games. El reportaje [Inside the Culture of Sexism at Riot Games], a través de una investigación en la que citaban experiencias de 28 empleados y empleadas actuales, dejaba claro que dentro de la compañía – que forman 2.500 empleados y empleadas, de los cuales el 80% son hombres- se respira un ambiente sexista y discriminatorio.

Una de esas empleadas era Jessica Negron, que asumió el puesto de su jefe cuando este dejó el cargo. A pesar de asumir un puesto de mando, no la ascendieron ni le subieron el salario, mientras que a tres de sus compañeros sí. Tras la publicación del reportaje, Riot Games publicaba un Tweet en el que se disculpaba y argumentaba que iban a mejorar la situación para que hubiera un cambio en las condiciones laborales de las mujeres. Sin embargo, en septiembre Kotaku publicaba que Riot Games seguía contratando empleados que habían ejercido acoso a compañeras porque, lamentablemente, no solamente se trataba de una desigualdad salarial. A algunas empleadas, incluso, se les llegó a enviar vídeos con contenido sensible de sus compañeros. Es el caso de Melanie McCracken, actualmente empleada de Riot Games, a la que tras recibir un vídeo con material sensible y filtrarse al resto de compañeros, prohibieron el acceso a las reuniones con los directivos de la empresa y cancelaron algunos de sus proyectos. Por ello tuvo que trasladarse de edificio tras, también, habérsele denegado ascensos por su género.

Ambas, tanto Jessica Negron como Melanie McCracken, han decidido tramitar una demanda – que podéis visualizar en este artículo de Kotaku– contra la empresa por discriminación y acoso hacia las mujeres y consideran que Riot Games ha violado la Ley contra la discriminación laboral por motivos de género del Estado de California.

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