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El funcionamiento completo del cuerpo humano sigue siendo un misterio. Cada día la ciencia avanza, se descubren órganos nuevos, pero la curiosidad por entender cómo se realizan tareas específicas y cómo aprendemos, por un lado, y, por el otro, la necesidad de encontrar respuestas a cómo funciona el cerebro son vitales para poder encontrar respuestas para lidiar con enfermedades y adicciones. 

En el artículo Dynamic salience processing in paraventricular thalamus gates associative learning [Procesamiento dinámico de la atención en el aprendizaje asociativo de las puertas del tálamo paraventricular], un equipo científico de la Universidad de Stanford ha descubierto, en ratones, cómo el cerebro inicia los procesos de aprendizaje.

En su estudio han analizado de qué manera funciona el tálamo paraventricular (PVT). Se ha observado que el PVT es el encargado de que el cerebro pueda identificar elementos del entorno (sonidos, vistas, sensaciones) que nos hacen aprender. Mediante diferentes pruebas y estímulos, tanto buenos como malos, se detectó que los ratones aprendían de una forma diferente y que este aprendizaje se podía controlar. En sus conclusiones indican que el aprendizaje de los ratones podría ser modificado (inhibido o mejorado).

Aunque se haya realizado en el laboratorio, estas observaciones inéditas abren un nuevo campo de estudio para la psicología y la neurociencia. En base a los resultados encontrados se podrá incidir en qué tipo de estímulos son más relevantes para el aprendizaje y qué dinámicas se deben seguir para aprender y para desaprender.

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