Esta semana publicaba el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) la cifra estimada de 2300 niñas y niños entre las personas desplazadas en “caravana” desde diferentes países de Centroamérica en dirección a la frontera de EE. UU. El organismo hace un llamamiento internacional a la ayuda humanitaria a estos menores, tanto a los que todavía siguen en el desplazamiento dentro de la caravana, como a los que permanecen en comunidades o albergues tras abandonar el grupo.
Según informa Europa Press, en el comunicado UNICEF reitera el llamamiento internacional a que los gobiernos prioricen el interés superior de la infancia en la aplicación de la leyes migratorias y procedimientos relacionados manteniendo a las familias juntas, y a que encuentren una alternativa a la detención de los menores migrantes. Diversos estudios, en efecto, muestran cómo estas experiencias traumáticas pueden afectar el desarrollo a largo plazo de la niña o el niño.
UNICEF remarca la importancia de reconocer que se trata de menores que huyen con sus familias de situaciones de violencia de género, extorsión y pobreza y un acceso limitado a una educación de calidad y servicios sociales en sus países de origen, El Salvador, Guatemala y Honduras. Las familias manifiestan no tener más remedio que traer consigo a sus hijas e hijos para así evitar el reclutamiento forzado, el abuso sexual o el asesinato a manos de pandillas criminales. El organismo denuncia que esta situación que viven muchas familias, las aboca a un viaje largo, incierto y lleno de riesgos, a través de rutas migratorias irregulares que les exponen a peligros de explotación, abuso y violencia, en especial a las niñas y niños.
En coordinación con las autoridades y asociaciones civiles, UNICEF trabaja colocando sistemas de agua potable donde pernoctan los integrantes de la caravana y se ocupan de la instalación de letrinas y duchas separadas para menores y adultos. Asimismo, se encuentran implicados en poner en marcha medidas de apoyo prosocial para reducir el nivel de estrés al que se ven sometidos las y los menores. Al mismo tiempo se trabaja en la preparación de un puente humanitario de cara a la llegada a la capital de México, lo que podría ocurrir esta próxima semana.
La prensa se llena de relatos sobre este periplo. Uno es el paso de la caravana por la ciudad de Niltepec, destruida casi totalmente por un terremoto en 2017, donde sus habitantes, que aún viven entre los escombros del desastre, recibieron a la caravana con sopa casera. Cálidas muestras de solidaridad y generosidad que nacen de lo más profundo de las personas.
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