Según nota de prensa, el Ayuntamiento de Madrid gestionará la Biblioteca de Mujeres Marisa Mediavilla y le dará el lugar que le corresponde, en un local céntrico y de acceso público, tras llegar a un acuerdo con el Instituto de la Mujer y la Secretaría de Estado de Igualdad.
Este fondo documental consta de alrededor de 30.000 volúmenes de todos los géneros literarios, que durante décadas no encontraron su lugar y están guardados ahora en depósitos del Instituto de la Mujer, el Museo del Traje y en la casa de la propia Marisa Mediavilla, alma máter de este proyecto.
A principios de los años setenta, esta bibliotecaria, escritora y feminista comenzó a reunir volúmenes para su biblioteca personal, y en 1985 abordó la tarea de catalogarlos para crear la Biblioteca de Mujeres. La finalidad fue reunir el mayor número posible de documentos sobre las mujeres, congregar el saber y la cultura de las mujeres a lo largo del tiempo y ser su memoria histórica, y especialmente conservar aquellos elaborados por el movimiento feminista y otros grupos de mujeres.
En palabras de la propia Mediavilla en una entrevista publicada en 2017 por la revista Contexto-CTXT, “el proyecto Biblioteca de Mujeres nació ante la inexistencia de centros públicos especializados en el tema. Eso suponía que la información necesaria para cualquier tipo de trabajo o investigación sobre mujeres estaba dispersa, perdida en fondos generales, o no existía. Localizarla y reunirla constituía un esfuerzo enorme, que debía repetirse una y otra vez. Se trataba, por tanto, de crear un espacio donde la información pudiera acumularse y ser recuperada y difundida posteriormente”
Madrid tendrá su Biblioteca de Mujeres. Y se recordará el lema de una de las primeras publicaciones feministas en España, la revista Redención, creada en 1915: “Ven mujer, ven a nosotras y laboremos juntas por nuestra CULTURA y nuestros DERECHOS”. Ese mismo año, la Residencia de Señoritas de Madrid fundó su biblioteca, y le siguió la del Lyceum Club Femenino, presidido por María de Maeztu, en 1926. Unos años antes, en 1909, se había creado en Barcelona la primera de todas ellas. Pero todas fueron desmanteladas y ocupadas por distintas instituciones falangistas y la Sección Femenina tras la guerra civil.
Hoy, esta biblioteca representa el trabajo de muchas mujeres y de miles de horas de trabajo no remunerado para crear un patrimonio cultural que debe ser visibilizado, y que representa un testimonio más de la lucha del movimiento feminista en España.
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