La red de mujeres cantadoras surge como una iniciativa que busca, a través de la recuperación del legado que la música tradicional les ha proporcionado, estudiar, revalorizar, difundir y disfrutar de la cultura originaria que gira alrededor de los diferentes cantos de la región. La música tradicional, a su vez, constituye un elemento común a la población y un motivo de unión y acercamiento para las personas como son las raíces identitarias, que supera y va más allá de los acontecimientos más recientes en la historia, favoreciendo la transformación social y la construcción de la paz en un territorio donde el conflicto armado ha destruido familias enteras y a sus comunidades.
A través de sus cantos expresan la diversidad de situaciones que la población experimenta y necesita comunicar, como pueda ser la migración, la muerte, la celebración de la vida y las festividades, o dar identidad y significado a sus lugares de origen.
Mila Rodriguez, procedente de Tumaco, ciudad fuertemente castigada por la delincuencia que genera la producción de coca y las redes del narcotráfico, comenta en una entrevista para UnWomen, que, a pesar del acuerdo de paz, la violencia aún está muy presente en su realidad. Cantar para ella supone olvidarse de las armas y poder expresarse y cantar aquello que les ocurre a diario en su vida y dotar de sentido las experiencias más traumáticas. Cuando cantamos, nos sentimos libres, afirma.
Y a través del canto, desde que se fundara, impresiona ver el trabajo que la fundación ha realizado. Se ha encaminado a construir un espacio de participación y preservación de la herencia cultural de las diversas músicas tradicionales; impulsar la participación de la mujer cantadora en los espacios políticos locales; asesorar en la creación de otras organizaciones que velan por la recuperación de niños y jóvenes víctimas del conflicto; acompañar en iniciativas culturales que puedan favorecer y estimular la economía de las familias así como diseñar y lanzar eventos culturales que promuevan la reflexión, la producción de música para su difusión, visibilización y la asociación y articulación con otras organizaciones similares a través de un encuentro anual con el fin de fortalecerse y trabajar con objetivos comunes.
Si de algo saben las mujeres, es de “procesos de resistencias” y en cualquier parte del mundo allí donde existe conflicto, niñas, niños y mujeres son quienes padecen y presentan mayor vulnerabilidad a sufrir la violencia que se genera. El papel de las mujeres es clave en los procesos de paz. Colombia, en este sentido, es un referente de participación de las mujeres y así lo demuestran iniciativas como la de CANAPAVI.
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