
El pasado lunes 1 de octubre se hicieron públicos los nombres de los galardonados con el premio Nobel de Medicina de este año. El estadounidense James Allison y el japonés Tasuku Honjo, conocidos como los padres de la inmunoterapia, fueron reconocidos por sus descubrimientos sobre cómo usar nuestras propias células para combatir el cáncer.
A inicios de los años 90, el grupo de investigación de James P. Allison, descubrió en la superficie de los linfocitos la presencia de una proteína T llamada CTLA-4, responsable de frenar la acción de estas células. Los linfocitos T son las células principales de nuestro sistema inmunitario e imprescindibles para protegernos. Con la presencia de este freno, los linfocitos no identifican ni combaten a células que deberían atacar como, por ejemplo, las cancerosas.
En 1992, el investigador Tasuku Honjo y su grupo de la Universidad de Kyoto hallaron la proteína PD-1 en la superficie de los linfocitos T, que también frenaba a las células inmunitarias en su acción. De estos estudios se concluyó que eliminar esta barrera podría facilitar que los linfocitos T atacaran a los tumores. Fue en 1994 cuando la terapia empezó a coger forma al emplear anticuerpos que inhibían estas proteínas, de manera que el sistema inmunitario podía actuar contra el tumor.
Hasta el día de hoy, los tratamientos basados con este principio han demostrado ser sorprendentemente efectivos contra el cáncer de pulmón, renal, de piel y linfoma.
Este vídeo muestra cómo un linfocito va matando a una celula tumoral. El hecho de poder aprovechar la habilidad de nuestro propio sistema inmunitario para combatir el cáncer es un gran hito en la oncología y, sin duda, una gran esperanza de cara al futuro.
La inmunoterapia es un gran avance para nuestra sociedad, pero cabe destacar que, entre los candidatos a este prestigioso reconocimiento, se encontraban otros ilustres investigadores e investigadoras que lideran importantes hallazgos en el campo de la medicina, entre ellos y ellas, las científicas Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier, inventoras de la técnica CRISPR de edición genética, Ambas han ido recibiendo a lo largo de estos últimos años importantes reconocimientos. Así, el pasado mes de Septiembre The Rockefeller University anunció que el premio Pearl Meister Greengard 2018 sería para la investigadora Jennifer Doudna.
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