
Hoy se conocerá si finalmente el candidato a la Corte Suprema, el juez Kavanaugh es votado para entrar en la corte por todos los senadores correspondientes.
Ayer, el movimiento Women’s March convocó una manifestación y concentración en Washington para instar a los senadores que no voten a favor de su incorporación. La corte suprema es uno de los órganos más respetados como símbolo de la democracia norteamericana, y de los valores más apreciados como la justifica, la igualdad y la libertad.
El inicio de semana ha sido díficil para el movimiento, el presidente de Trump durante una conferencia abierta, ridiculizó y atacó a la credibilidad del testimonio de Christina Blasey, y a él se sumaron otras personalidades, utilizando el descrédito para hundir el testimonio de Blasey.
Por otro lado, el apoyo a la víctima, y al movimiento en general de supervivientes no ha parado de crecer. Incluso el profesorado universitario del área de Derecho de diferentes universidades del país, muy diverso en orientaciones políticas, religiosas, etc, se han unido para pedir al senado que no vote esta candidatura. Son más de 1700 profesores y profesoras, que han acordado firmar esta carta, en aras de garantizar un proceso garante del sistema judicial. Otras voces han criticado como se ha llevado a cabo el informe del F.B.I. desde una perspectiva legal.
En la concentración delante del capitolio, mujeres de muy diversa índole han compartido la importancia de permanecer unidas contra el acoso sexual. Representantes muy diversas, desde la organizaciones clásicas de derechos de las mujeres, derechos civiles, ministras cristianas, rabinas, musulmanas, chicas jóvenes preocupadas por mejorar la vida de todas las personas, edades, orígenes, todas unidas para lo mismo. Aunque en alguna ocasión había tildes de politizar el acto, ha habido también intervenciones a favor de no identificarlo con ningún partido, de hecho, es un movimiento para todas las mujeres como se ha insistido en varias ocasiones, y no solo para ellas, sino para los hombres, chicos, que también merecen vivir una sociedad sin violencia.
Todas insistían que ahora es un momento decisivo para mejorar la vida de todas las personas o volver atrás, y decían no están dispuestas a retroceder, si no avanzar. Desde una perspectiva de Justicia para todas las personas, no de venganza como se les ha tildado. La voz de las personas que han sufrido agresiones sexuales debe ser escuchada y no silenciada, de esta manera se podrá avanzar aún más en la democracia. Y si fallan mañana a favor, no implicará callar, si no continuar hasta que sea una realidad la justicia deseada.
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Presidenta de la Asociación CSAS (Survivors of Childred Sexual Abuse) – Science and Friendship. Directora de DF Diario Feminista. Profesora de Periodismo y Comunicación Universitat Autònoma de Barcelona.
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