Sofía Casanova, desconocida en la actualidad, fue la primera mujer española corresponsal en el extranjero.
A Sofía le gustaba escribir desde muy joven, con quince años le publicaron sus primeros poemas, que fueron bien acogidos por los principales círculos literarios del país.
Tuvo fama en su época y llegó a participar en las reuniones literarias de la corte de Alfonso XII, el rey, admirador de la obra poética de Sofía Casanova, tanto que le pagó la edición de uno de sus libros de poemas.
Muy joven, con veinte años, Sofía Casanova hizo amistad con Emilia Pardo Bazán, Zorrilla, Manuel Machado, entre otros, de modo que frecuentaba tanto la corte como los ambientes intelectuales.
Posteriormente, se casó con un profesor y filósofo que realizó labores de Diplomático en una zona polaca que en aquel momento era territorio ruso. Debido a su labor diplomática, la pareja viajó constantemente por Europa.
Sofía aprovechó las circunstancias para empezar a trabajar como periodista y aprender varios idiomas que le sirvieron para realizar labores de traducción.
A su regreso a Madrid, trabajó como periodista de los prinipales periódicos españoles del siglo XX. A su vez, su casa era centro de reuniones de los intelectuales del momento, en Madrid.
En 1906 fue admitida en la Real Academia Gallega.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se vio atrapada en Polonia, de modo que envió artículos al diario ABC, y el periódico la nombró corresponsal de guerra en la zona, así se convierte en la primera mujer corresponsal de guerra.
El avance de Alemania sobre Polonia obligó a Sofía y a sus hijas a huir de Varsovia, se fue a San Petersburgo, por lo que vivió la Revolución Rusa.
De regreso a Polonia, vivió entre este país y España; y mantuvo una intensa labor como escritora y periodista; publicó muchos libros y artículos, entre otros, artículos relativos a sus impresiones acerca de la Guerra Civil española.
En su trabajo destacó el perfil humano de sus crónicas como corresponsal de guerra, en las que narraba el sufrimiento de la población civil durante las guerras, a las que se añadía el valor literario.
No solo escribió para periódicos españoles sino que también publicó artículos en el New York Times y la Gazeta Polska.
Como periodista y corresponsal de guerra, Sofía Casanova realizó un trabajo extraordinario; entrevistó, incluso a Trotski. Sus crónicas de la Primera Guerra Mundial tienen altura literaria. También fue novelista, ensayista y poeta.
Además, luchó contra los estereotipos y prejuicios de género, manifestó su contrariedad cuando sus coetáneos se referían a ella como «una distinguida señorita que escribe».
Al final de sus días, había publicado poesía, cuentos, novelas, obras de teatro; y miles de artículos.
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