Marcela Muñoz es una policía mexicana e hizo una acción poco usual hasta entonces; se acercó a un grupo de personas de un vecindario de clase media de la ciudad de Morelia (México) con una intención: escucharlos.
En México es frecuente que haya miedo, recelo o desconfianza hacia la policía, según informa New York Times, lo que genera más desconfianza y lejanía. Sin embargo esta acción de Muñoz provocó que le contaran lo que estaba sucediendo en el barrio en relación con el narcomenudeo y que la despidieran con aplausos y una invitación a comer.
Este cambio en la forma de relacionarse con la ciudadanía viene de una iniciativa de León Olea, profesor y escritor que ahora es comandante policial, para transformar a la policía moreliana en una fuerza altamente capacitada que sea bien recibida por los locales. Hace tres años que se inició este programa y los resultados comienzan a verse. A pesar de que 2017 fue el año con más muertes en México, en Morelia la cifra disminuyó y el gobierno asegura que la población se siente más segura. Los expertos aseguran que este programa en el que la policía está enfocada a la comunidad debería ser una estrategia de seguridad a nivel nacional.
Una de las medidas que ha incluido este proyecto es tener a personal femenino para atender casos de violencia de género y que así las mujeres tengan contacto con alguien con quien les resulte más fácil poner la denuncia. Otra medida necesaria, ya que el 92% de los crímenes no son denunciados, es que se ofreció la posibilidad de que los ciudadanos levanten las actas y quejas en el mismo sitio al que llegó un policía para atender un caso, a diferencia de tener que ir al ministerio público local, un requisito que desincentiva a muchos mexicanos de reportar los delitos.
Otra historia que muestra el éxito de este programa en el que el diálogo con la comunidad cobra protagonismo, es el de la policía Jessica Gutiérrez, que acudió una mañana a una escuela en la que estaban reunidos familias y sus hijos. Les transmitió el mensaje de que la policía estaba para protegerlos y ayudarlos y no para hacerles daño. El sueño de esta policía es ser una “superheroína” en la vida real y mantener seguros a los ciudadanos. Con este sueño consiguió cambiar las reticencias que tenía su familia respecto a que fuera policía y cree que con esta forma de relacionarse con la comunidad también podrá cambiar la percepción de la sociedad.
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