Imagen del artículo "The geogrpahy of gender inequality”

¿Cómo es la magnitud y cómo se distribuye en el espacio la desigualdad de género? Esta es la pregunta que explora la investigación de Brendan Fisher y Robin Naidoo publicada en Plos One “The geogrpahy of gender inequality”.

Para ello, los autores han diseñado lo que ellos llaman “mapas de alta resolución de la desigualdad de género”, utilizando un enfoque analítico en el cual están presentados aproximadamente la mitad de los países menos desarrollados del mundo. Fishes y Naidoo construyeron un indicador que mide la propiedad de la tierra y la riqueza de los hogares que les permitió comparar el nivel de bienestar entre los hogares encabezados por hombres y los encabezados por mujeres en 30.509 grupos de muestra (de pueblos, comunidades o subconjuntos de áreas más pobladas, “villas”). Según explican, indicadores que captan la propiedad de la tierra y la riqueza de los hogares son significativos para medir la desigualdad de género, ya que en muchas partes del mundo en vías de desarrollo el acceso a la tierra es el input que determina el bienestar de un hogar, y la riqueza de activos (por ejemplo, materiales de vivienda, propiedad de bicicletas, fuente de agua), el elemento que refleja otras formas de capital productivo para el hogar. Ambas métricas proporcionan una “micro-visión” de las dinámicas de género y permiten mapearlas y medirlas con una metodología consistente.

Los resultados de la investigación revelan que, en todo el mundo, los hogares encabezados por hombres tienen de promedio 13% más riqueza de activos que los encabezados por mujeres. Además, de promedio son los hombres quienes poseen un 303% más tierra que las mujeres.  Aunque considerando sesgos en los datos, los resultados partiendo de la mediana, muestran que los hogares encabezados por hombres tienen un 28% más de riqueza de tierras que los encabezados por mujeres.

A escala nacional, los hogares encabezados por hombres tienen una riqueza de activos significativamente mayor que sus contrapartes femeninas en 17 de 47 países, siendo solamente en Senegal en donde los hogares encabezados por mujeres tienen una riqueza de activos significativamente mayor que los hogares encabezados por hombres. En relación a la propiedad de la tierra, los hogares encabezados por hombres tienen significativamente más tierra en 13 países, siendo nuevamente Senegal el único país donde los hogares encabezados por mujeres poseen significativamente más tierra que aquellos encabezados por hombres. En los 29 países restantes -en relación a la riqueza de los activos- y 16 -en relación a la propiedad de la tierra, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los hogares encabezados por hombres y mujeres.

A pesar de la importancia de las diferencias a nivel nacional en la tierra y la riqueza de activos entre los hogares encabezados por hombres y mujeres, el análisis de los resultados agregados a nivel nacional revela la naturaleza altamente heterogénea de la desigualdad de género en diferentes regiones mundiales. De esta forma, tanto las ratios de desigualdad de la tierra como de la riqueza indican una fuerte heterogeneidad espacial dentro y entre los diferentes países.

Concluyen Fisher y Naidoo que los resultados de su investigación son relevantes para medir la desigualdad de género en gran parte del mundo donde frecuentemente se toman decisiones políticas para contraatacar la pobreza sin tener datos significativos, especialmente a nivel sub-nacional, y considerando los hogares. Dado el elevado nivel de heterogeneidad dentro de los países, los resultados sugieren que centrarse solamente en los resultados a nivel nacional puede llevar a hacer inversiones ineficaces.

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