El proyecto Butanext en el que investigadoras e investigadores están trabajando para contribuir a la mejora de emisiones de CO2 ya se está llevando a cabo. El resultado de dicha investigación es el Biobutanol que, tras muchas investigaciones y pruebas, se ha convertido en la alternativa al combustible tradicional más eficiente y ecológica.
En Aoiz (Navarra, España), ingenieras e ingenieros químicos, así como biólogas y biólogos realizan la transformación de la materia prima, la paja de trigo en este caso, en el combustible. Para ello, parten y muelen la paja para convertirla en una partícula pequeña y exponerla a una temperatura de 175ºC durante cinco minutos. Después se le añade una pequeña cantidad de ácido y los microorganismos, como las bacterias, se alimentan de las moléculas. Así se transforma la paja de cereal en butanol. También en el proyecto colabora Green Biologics, el laboratorio donde ingenieras e ingenieros bioquímicos cultivan las bacterias para llevar a cabo el proceso.
El butanol resultante puede mezclarse con gasóleo hasta un 40% o con gasolina en un 16%, según las expertas y los expertos del proyecto. Asimismo, esperan que el objetivo de la Unión Europea de que el 10% del combustible proceda de fuentes renovables para el 2020 se cumpla con este trabajo. Y, además, indican que para que suceda el cambio debe haber suficiente impulso comercial para ello.
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