La red “Empresas por una sociedad libre de violencia de género”, que hoy en día cuenta con un total de 129 entidades pertenecientes a diferentes sectores, nació en 2012, con dos propósitos: Sensibilizar a la población contra la violencia de género y facilitar la reinserción sociolaboral de las mujeres víctimas de violencia que dependen económicamente de su agresor. A través de un convenio establecido entre el conjunto de empresas adheridas a la red y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI), ambas partes se comprometen a llevar a cabo actuaciones específicas de acuerdo con esas dos líneas de colaboración.
Carolina Conde Gómez, Responsable de Inserción de víctimas de violencia de género y Técnica de Empleo de Cruz Roja, entidad mediadora entre el Ministerio y las empresas junto con INTEGRA, declaró para Instituto de la Mujer que es fundamental generar alianzas entre el mundo empresarial y las administraciones públicas o las entidades sociales y poder contribuir a erradicar esta lacra que afecta al conjunto de la población.
Así pues, la red trata de promover, por una parte, una mayor concienciación sobre el papel fundamental de una implicación activa de la sociedad en el rechazo a la violencia de género, a través de elementos como las propias webs corporativas, las redes sociales, soportes físicos u otros medios de conocido impacto social, tanto dentro como fuera del propio entorno laboral. En este sentido, marcas grandes, y no tan grandes han lanzado un abanico diverso de campañas publicitarias de sensibilización en contra de la violencia de género, aprovechando el largo alcance en la difusión que ofrecen como altavoz.
Un buen ejemplo de ello es el éxito que, desde que comenzara la iniciativa, ha tenido estos años la carrera “Hay Salida a la Violencia de Género” organizada por la revista Mía, que ya va por su V Edición y que contó en 2017 con más de 3.000 personas inscritas.
Por otra parte, empresas como Correos, según cuenta Javier Cuesta Nuín, presidente del grupo empresarial, en el vídeo informativo que promociona el MSSSI, se han sumado elaborando un protocolo de protección para las empleadas que pueden estar sufriendo violencia, en el que se incluyen medidas como la posibilidad de solicitar una jornada reducida, excedencia voluntaria o traslado de centro o de población inmediato y confidencial.
Las investigaciones demuestran que la violencia de género no es resultado de un único problema, sino que tiene carácter multifactorial y no se pueden fijar unos criterios que vinculen la violencia de género a grupos o condiciones determinados de mujeres (Melgar, 2009). No obstante, para aquellas mujeres que son víctimas de violencia y además se encuentran en situación de exclusión sociolaboral, la facilitación de la reinserción por parte de las empresas, jugará un papel clave como generadora de oportunidades para que puedan salir del círculo de la dependencia económica y, con ello, aumentar las posibilidades de romper un importante vínculo con su agresor para poder comenzar a transformar sus vidas.
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