Un grupo de veinte mujeres afganas, codificadoras, entre 15 y 25 años, están haciendo un excelente trabajo en el campo de los videojuegos y de la tecnología. Han creado ya diversas aplicaciones y sitios web, y han corregido errores de código en algunos ordenadores. Esta primera generación de mujeres Afganas ha vendido ya veinte videojuegos a empresas digitales durante el año 2018.
Este grupo de mujeres se dió a conocer el año pasado tras participar en una competición de robótica en Estados Unidos, mostrando el talento que tienen las mujeres afganas y la importancia de aprovechar también el que tienen las niñas de este país.
El gerente del proyecto de Code to Inspire, Hasib Rasa, ha explicado en Reuters que las codificadoras pueden trabajar desde casa y que durante ese proceso las mujeres se van construyendo su carrera a la vez que abren caminos para otras mujeres futuras.
Uno de los videojuegos diseñados por estas mujeres que ha llamado más la atención es el denominado “Fight Against Opium”, que consiste en mostrar el cultivo del opio y los desafíos que tienen las fuerzas de seguridad del país para erradicar y cambiar esta práctica.
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