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Parlamento Europeo // Pixabay

El 11 de mayo de 2011 se aprobó el  Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, el que se conoce como Convenio de Estambul. El convenio tenía por objetivo principal acabar con la violencia de género, desarrollar programas eficientes de prevención, así como proteger a las víctimas y responsabilizar a los perpetradores.

El pasado 2 de mayo, ante la polémica sentencia de La Manada, Podemos introdujo en el Parlamento Europeo la propuesta de debate extraordinario sobre si las autoridades judiciales en España aplicaron correctamente la legislación internacional, en concreto el Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia de género. La propuesta obtuvo el respaldo de 188 eurodiputados, con 136 en contra y 20 abstenciones.

El foco de atención se disparó a partir del caso de La Manada cuando apareció de forma pública que sólo 6 países (de la UE) han adaptado las disposiciones de este convenio a la legislación nacional, entre los cuales no se encuentra España. Es por eso que Podemos instó a la Comisión y los Estados miembros a centrar sus esfuerzos en “armonizar normativas” para que algo así no vuelva a suceder.

La polémica y la movilización social ante el caso de La Manada surgieron principalmente porque el tribunal no consideró los hechos ocurridos como violación, mientras que, según se recoge en el Convenio de Estambul:

Artículo 36 – Violencia sexual, incluida la violación

1 Las Partes adoptarán las medidas legislativas o de otro tipo necesarias para tipificar como delito, cuando se cometa intencionadamente: a) la penetración vaginal, anal u oral no consentida, con carácter sexual, del cuerpo de otra persona con cualquier parte del cuerpo o con un objeto; b) los demás actos de carácter sexual no consentidos sobre otra persona; c) el hecho de obligar a otra persona a prestarse a actos de carácter sexual no consentidos con un tercero.

2 El consentimiento debe prestarse voluntariamente como manifestación del libre arbitrio de la persona considerado en el contexto de las condiciones circundantes.

3 Las Partes adoptarán las medidas legislativas o de otro tipo necesarias para que las disposiciones del apartado 1 se apliquen también contra los cónyuges o parejas de hecho antiguos o actuales, de conformidad con su derecho interno.

Tal como ya se ha planteado en este medio y como se expone en todos los debates internacionales, el consenso entre ambas partes es la clave para asegurar que las relaciones son elegidas y libres. Mientras que en este caso concreto existen pruebas que demuestran que sucedió lo contrario.

En el debate que tuvo lugar en el Parlamento Europeo, la Comisaria Europea de Justicia e Igualdad de Género, Vera Jourová, pidió la aplicación del Convenio de Estambul así como que las leyes recojan que, si no hay consentimiento, es violación.

La mayoría de diputados y diputadas que tomaron parte en el debate en el Parlamento Europeo remarcaron la importancia de mejorar la formación sobre violencia sexual para los jueces. Jourová, que no quiso cuestionar la labor de los jueces, se ofreció personalmente a hacer las reuniones necesarias en cada uno de los países para asegurar que se aplican de forma correcta los acuerdos tomados en Estambul. Remarcó también la importancia de posicionarnos con las víctimas a nivel político, social y judicial y no responsabilizarlas de lo sucedido. Siguiendo las palabras de Jourová, la mayoría de eurodiputados y eurodiputadas, excepto las del Partido Popular, se mostraron preocupados por el hecho de que España, a pesar de haber ratificado el Convenio de Estambul, no haya cumplido con los acuerdos.

El debate en el Parlamento Europeo coincidió con la carta de Purna Sen, UN Women’s Executive Coordinator y Spokesperson on Sexual Harassment and Other Forms of Discrimination, en la que, entre otros casos de violencia de género, hacía mención explícita al caso de La Manada. Sen denunció que la sentencia de La Manada “rebaja” la gravedad de la violación, añadiendo que la decisión de la Audiencia de Navarra debilita la clara obligación de defender los derechos de las mujeres. Sen, que llamó a los cinco agresores condenados como “the wolf pack” (la manada de lobos), afirmó que la impunidad para las violaciones impregna la cultura de la violación, culpa y juzga a las víctimas por los daños que les han infligido, y no se debe permitir que esto continúe, incluyendo los sistemas de justicia penal”. Por ello, la portavoz de acoso sexual y otras formas de discriminación en la ONU calificó de sentencia “leve” la de La Manada e hizo mención a la campaña #MeToo, que los últimos meses ha inundado las redes sociales con testimonios de mujeres que han sufrido acoso sexual.

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