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Las bacterias resistentes a los antibióticos, también conocidas en inglés como “nightmare bacteria”, o superbacterias, ya son a día de hoy una prioridad de estudio para la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el año 2017 la OMS publicó su primera lista de «patógenos prioritarios» resistentes a los antibióticos, en la que se incluyen las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana. Con ello se intenta promover la investigación y desarrollo (I+D) de nuevos antibióticos, para combatir el creciente problema mundial de la resistencia a los antimicrobianos.

Según un estudio publicado recientemente por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). en Estados Unidos durante el año pasado se detectaron más de 220 casos de bacterias resistentes de una especie excepcional. Estas bacterias, además de ser prácticamente intratables, son capaces de diseminar genes que los hacen inmunes a la mayoría de los antibióticos.

Aunque el CDC ha advertido del peligro de las bacterias resistentes a los antibióticos durante años, el nuevo informe ayuda a ilustrar el alcance del problema. La misma directora adjunta del CDC, Dra. Anne Schuchat, comentaba: “Tan rápido como hemos corrido para frenar la resistencia a los antibióticos, algunos gérmenes nos han superado», y añadió: «Necesitamos hacer más y tenemos que hacerlo más rápido y antes».

 

En el año 2016 el CDC ya estableció una red de laboratorios con la finalidad de acelerar el diagnóstico de estas infecciones y poder parar así el curso de la infección. Por ahora, los datos revelan que una de cada cuatro muestras de gérmenes enviadas a este laboratorio poseen genes especiales que les permiten contagiar su resistencia a otras bacterias. Mientras que las bacterias en sí ya se pueden considerar una gran amenaza, la presencia de estos genes “excepcionales” son los que más preocupan a los investigadores por su capacidad de difundir la resistencia a los antibióticos a los demás gérmenes. Además, entre los genes bacterianos hay algunos que son más preocupantes que otros ya que son mucho más difíciles de tratar.

Aunque los resultados presentados pueden parecer alarmantes, Anne Schuchat también matizó que había buenas noticias a reportar. En primer lugar, los estudios demuestran que las aplicaciones de medidas severas en los hospitales pueden limitar la propagación de brotes bacterianos. Además, la red de CDC ya ha conseguido diagnosticar bacterias portadoras de genes de resistencia en una residencia de Iowa (USA), y se espera que este solo sea el inicio de muchos más casos posibles de identificar y tratar.

La resistencia bacteriana es hoy en día considerada una de las mayores amenazas para la población mundial, pero eso no significa que sea un callejón sin salida. Iniciativas como la creación de redes de laboratorios del CDC y las investigaciones realizadas en ellos, lideradas por Anne Schuchat, puede que nos den más de una posibilidad para combatir estas superbacterias.  

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