El jueves 22 empezaron a llegar a Barcelona mujeres gitanas de toda Europa. Durante dos días se han reunido en torno al primer sueño de la Asociación Gitana de Mujeres Drom Kotar Mestipen: un congreso internacional de mujeres gitanas. El I Congreso Internacional de mujeres gitanas se organizó en 2010 y reunió a más de 300 mujeres. En ese momento se reconoció la historia de más de veinte años del Feminismo Gitano, se dialogó sobre temas que preocupaban y sus soluciones y se sentaron las bases de una red de grupos y mujeres gitanas que dura hasta hoy.
El II Congreso Internacional de Mujeres Gitanas, organizado por la Asociación Gitana de Mujeres Drom Kotar Mestipen y el Plan Integral del Pueblo Gitano de Catalunya, se ha celebrado los días 23 y 24 de marzo. Participaron casi 400 mujeres de entre 16 y 80 años, venidas de alrededor del mundo, sobre todo europeas. Entre los países que asistieron se encuentran Moldavia, Serbia, Macedonia, Bulgaria, Grecia, Hungría, Albania, Rumanía, Italia, Alemania, el Reino Unido, Francia, Suecia, la República Checa, y de diferentes puntos de la geografía española como Madrid, Andalucía, Castilla La Mancha, Euskadi, Catalunya, Navarra, Comunidad Valenciana y Castilla y León. Muchas de ellas nunca habían salido de sus municipios y menos de su país.
Desde 1971 existen congresos internacionales de personas gitanas, en ocasiones exclusivamente de mujeres, por lo que debemos preguntarnos: ¿dónde recae el peso y qué hace más importantes a estos congresos? La respuesta la pueden dar sus propias palabras:
"Por primera vez hemos tenido participación de las mujeres de base. Después del éxito de este congreso seguro que mañana nacerá otro movimiento " Participante de Albania
Las participación en el congreso estaba abierta a todas las mujeres gitanas, pero especialmente se ha cuidado la participación de aquellas mujeres que “normalmente” no participan en estos espacios y, por lo tanto, sus voces quedan fuera del debate feminista, también del gitano. Es por ello que la diversidad de voces tomaba su fuerza de las más vulnerables, las que padecen las discriminaciones más profundas y nos dan las soluciones más cercanas a sus problemas, ya que los han reflexionado día a día.
Los temas que se abordaron fueron: Educación como práctica de libertad, Salud como compromiso de futuro y Nuevos Horizontes, referido al futuro que ya está sucediendo.
Las dos jornadas estuvieron llenas de las experiencias que contaban las mujeres asistentes. Una de ellas es la historia de Violeta Stanvia, de Bulgaria, que colabora con un colegio animando a los niños y niñas gitanas a no sentirse mal ni marginados y marginadas por el simple hecho de pertenecer al pueblo gitano. “Al fin y al cabo, todos y todas somos humanos y tenemos que luchar por un mundo mejor y ser mejores personas. Ahora los niños y niñas se sienten cómodos, y el profesorado también. Ellos y ellas son el futuro”, decía Violeta.
Como la de Violeta hubo muchísimas historias que nos conmovieron el corazón a todos y todas las asistentes. Experiencias que presentaban cómo desde las dificultades se puede transformar y ver posibilidades, motivaciones para estudiar después de padecer discriminaciones en el entorno de salud, superación de la violencia de género o dificultades en los estudios o discriminación por parte del alumnado y el profesorado de algunos centros educativos. Todas las historias tienen en común algo, y es que son historias de éxito.
Las mujeres, que por primera vez pudieron asistir a un evento como este, reclamaron las oportunidades que ellas mismas no tuvieron para sus hijos e hijas. Animaban a la juventud a seguir estudiando y trabajando por un futuro digno y en igualdad para el pueblo gitano. Se habló de la identidad en plural, de cómo la multiculturalidad puede ser una riqueza que haga únicas y especiales a las personas. Pero, sobre todo, se sintió la fuerza de la unidad y la solidaridad. La palabra hermana al referirse las unas a las otras entre ellas lo decía todo.
Las mujeres gitanas en este congreso crearon un espacio para todas, un espacio de diálogo igualitario donde el peso de los argumentos era lo importante. Cuando se habla del Feminismo del siglo XXI se tiene que hacer énfasis en su base dialógica y en la mirada solidaria. Por eso el Feminismo Gitano está liderando sus posiciones, desde hace más de 20 años, desde una perspectiva que une las voces de todas para el beneficio de todas, pero, sobre todo, de las más vulnerables.
Las mujeres gitanas merecen ser escuchadas y que sus voces puedan llegar a los organismos donde se diseñan e implementan políticas para el pueblo gitano y para ellas. En la parte final, donde cada país asistente explicó con qué se había quedado del congreso, resonaron algunas frases con mucha fuerza, y dos elementos eran centrales: la confianza en ellas mismas al saberse acompañadas por muchas hermanas desde este momento, y la solidaridad como eje de esta lucha.
Transmitiremos todo este conocimiento a nuestros países (…), la educación es la herramienta”, ... "Nuestro cambio y progreso depende de nosotras mismas, tenemos que ser fuertes y seguir adelante" ...“Después de esto, nacerá un cambio” … “I belive, We belive!!!”
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