El sábado pasado se vivió en Estados Unidos un hecho histórico. El movimiento estudiantil, formado mayoritariamente por adolescentes, se unió en una manifestación unitaria por todo el país para erradicar la violencia armada en Estados Unidos. En Washington, se pudieron escuchar historias de adolescentes que alzaban la voz para visibilizar el daño que está causando en sus vidas el no control de las armas, reclamando a los políticos una implicación al respecto y recordando que en unos años ellas y ellos tendrán derecho a voto para cambiarlo todo. Las y los adolescentes protagonistas han tenido que lidiar con comentarios como si no son demasiados jóvenes para enfrentarse a esta situación, pero ellas y ellos reclaman lo contrario, justamente porque son jóvenes tienen la fuerza para reclamar este cambio, y porque conocen la realidad de ir cada día a la escuela con miedo por si van a sufrir otro episodio violento, tienen el derecho de poder ir a la escuela o al instituto en libertad, y no quieren que mueran más compañeras y compañeros suyos. Por eso uno de los lemas surgidos a la par que #Marchforourlives ha sido #Neveragain .
Durante el final de la manifestación en Washington, diferentes representantes del movimiento estudiantil ofrecieron sus declaraciones, sentimientos, y sueños para poner fin a esta situación, y reclamando el derecho de proteger sus vidas por encima del derecho a tener un arma.
Dieron una lección no solo a su país, sino a todo el mundo. Escuchar sus voces es necesario para replantearse un cambio de rumbo y conseguir que sea realidad su sueño. De todas las historias, destacamos por escrito dos intervenciones, pero en el video realizado por The New York Times se puede consultar otras voces de igual importancia que enriquecieron el sueño de libertad y seguridad reclamada durante la Marcha por nuestras vidas.
Yolanda Renee King, nieta de Martin Luther King
Yolanda Renee King, con tan solo 9 años, lanzó un mensaje aclamado por todo el público. Dijo: “Mi abuelo tuvo el sueño de que sus cuatro hijos no fueran juzgados por el color de su piel sino por su personalidad. Yo tengo el sueño que ya es suficiente, este debería ser un mundo libre de armas y punto”. Animó así diciendo: “Difundid la palabra, ¿habéis oído?, todos, por todo el país, vamos a ser una gran generación”
Naomi Wadler de 11 años alza la voz por las afroamericanas asesinadas
Tiene sólo 11 años y se llama Naomi Wadler. Su voz representa a las mujeres y niñas afroamericanas víctimas de la violencia armada, que frecuentemente son invisibles para los medios de comunicación. Naomi pertenece a la escuela Marjory Stoneman Douglas de Parkland, un instituto de secundaria de Florida en el que el mes pasado fueron asesinados 17 chicos y chicas y que, como tantas otras chicas, se ha unido al movimiento nacional en pro del cambio para que las leyes que regulan la adquisición y tenencia de armas en EE.UU sean más estrictas y aumenten su control.
En marzo, Naomi, junto a su amiga Carter Anderson, iniciaron una marcha simbólica que consistía en andar todos los días 18 minutos; uno dedicado a Courtlin Arrington, una chica afroamericana que fue asesinada también en su escuela de Alabama a los 17 años, y uno a cada una de las víctimas de Parkland. En un principio, no contaban con demasiado apoyo, pero la perseverancia y determinación de Naomi y Carter, su amiga, convencieron e inspiraron a multitud de personas que se han sumado a las protestas.
Según la BBC, Naomi quiere visibilizar a las jóvenes afroamericanas que sufren esta violencia y no son portada nunca en los periódicos de tirada nacional, aquellas que son sólo más números y cuyas vidas llenas de potencial también fueron truncadas. A pesar de su corta edad, Naomi aclara no ser el instrumento de ningún adulto y asume el papel de alzar su voz y representarlas a todas ellas en contra de que se vuelvan a repetir tragedias de este tipo. Ella, sus amigas y amigos y los que fueron asesinados también, podrían seguir con normalidad en la escuela, pero el 14 de febrero de 2018 todo cambió para siempre. Sus vidas ya no serán las mismas y tienen capacidad de sobra para actuar en consecuencia. También tienen muy claro que dentro de siete años, cuando ya tengan edad, no votarán a aquellos políticos y políticas que prioricen el derecho a tener armas por encima de la protección de las y los jóvenes, tal como declaró Sara Chadwick, otra de las activistas estudiantiles del movimiento, según recoge The New York Times.
En su discurso, Naomi apeló a la unión y la colaboración de todas aquellas personas que la estaban oyendo desde sus casas, con el fin de poder contar la historia de todas esas niñas y mujeres afroamericanas que fueron asesinadas, producto de la violencia que genera el actual acceso a las armas, y poder escribir, así, el relato de todas ellas y evitar que caigan en el olvido colectivo.
Como último, quisiéramos destacar los testimonios de otros estudiantes, chicas y chicos, recogidos por The New York Times. Sin duda esta generación será otra generación de cambio.
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