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Diario Feminista inicia hoy una serie de artículos sobre la férrea ley del silencio que en algunas universidades ha logrado durante décadas la impunidad del acoso sexual. Nos unimos así a la mayoría de periodistas que han actuado con gran profesionalidad y ética a favor de las víctimas y de quienes las apoyan.

Omertà en las universidades ante el acoso sexual

El prestigioso semanario “Proceso” de México se ha atrevido a sacar a la luz pública el acoso que JdM ha ejercido durante tiempo a alumnos y alumnas de la Maestría, junto con las evidencias del acoso recibido, a través de emails, mensajes e imágenes. Las víctimas han explicado a través del medio el acoso recibido pensando en otras posibles víctimas de otras universidades o espacios donde participa JdM, ya que la denuncia pública es el mejor mecanismo de prevención para quienes vienen después. Sus testimonios dejan claro que este catedrático se siente impune para repetir los comportamientos que ya hizo en otros lugares como el condicionar la revisión de tesis de alumnos a que entreguen fotos desnudos.

Las denuncias expuestas en Proceso, demuestran una vez más que la impunidad que este catedrático disfrutó en la Universidad de Barcelona tiene gravísimas consecuencias internacionales por la continuidad en otras universidades y países de lo que ya hizo aquí. Después de haber sido acusado y denunciado por acoso sexual desde hace mucho tiempo por parte de víctimas de la Universidad de Barcelona y personas que se han solidarizado con ellas, recibe ahora la misma acusación por parte de víctimas de la Universidad Anáhuac de Xalapa (México), una universidad que dicen que está vinculada a los Legionarios de Cristo.

Esto no hubiera pasado sin la omertá universitaria, con las complicidades de personas con poder que también se han dado en esta universidad de México. En el 2016, la lucha contra el acoso sexual en las universidades pasaba por un momento histórico, pues el citado catedrático se reincorporaba a la UB. En este preciso momento, la Red Solidaria de Víctimas de Violencia de Género en las Universidades impulsaba junto con las Asambleas de Estudiantes de distintas facultades de la UB, el cine-fórum sobre la película documental The Hunting ground, un film basado en casos reales de abusos sexuales en los campus universitarios de los Estados Unidos. Era un contexto efervescente que quedó frenado. Precisamente en el momento en que las asambleas junto con la red de víctimas habían conseguido ya más de 1000 firmas en menos de tres días, en la plataforma change.org pidiendo el cese del profesor, algunos periodistas, según ellos muy conectados con fuentes de la UB, lanzaron un cruel ataque a las víctimas de los acosos de este catedrático y al centro de investigación (CREA) que había iniciado las denuncias y había realizado las primeras investigaciones sobre la violencia de género en nuestras universidades.

Los ataques feroces del 13 de junio de 2016, promovidos presuntamente por intereses ocultos, silenciaron cualquier campaña contra el catedrático denunciado por acoso sexual. No sólo se logró el silencio, sino que JdM regresó de nuevo a la universidad. El único, aunque significativo logro del movimiento fue que no se le concediera la oportunidad de dar clases, reduciendo así las probabilidades de que ejerciera acoso sobre otras víctimas.

Aquel día 13 de junio los acosadores y quienes les apoyan estaban muy contentos con la UB y con esos periodistas sin escrúpulos que difundieron las calumnias y difamaciones. A JdM esa campaña le volvió a dar tanta sensación de impunidad que presuntamente volvió a tener los mismos comportamientos en otra universidad.

No obstante, la inmensa mayoría de la profesión periodística reaccionó con gran profesionalidad y ética poniéndose a favor de las víctimas y de quienes las apoyaron desde el principio. Las propias universidades comienzan ahora a cambiar. El actual equipo rectoral de la UB ha roto con la dinámica que habían seguido los anteriores equipos rectorales. La transformación ya está mejorando la vida dentro de las universidades de muchísimas personas, pero como vemos todavía queda mucha tarea y todavía hay muchas complicidades que denunciar y superar.

* Este artículo forma parte de Omertá en la Universidad, una serie de publicaciones que abordan la férrea ley del silencio que se ha generado en algunas universidades entorno al acoso sexual. 

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